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Inmigración y retorno del talento, solución a la sangría demográfica

"Los efectos de una política de natalidad tardan veinte años en apreciarse", sostiene el catedrático Rafael Puyol

El envejecimiento de la población se acentúa y en Asturias lo hace a pasos agigantados. Para ello no hay soluciones mágicas ni inmediatas, a juicio de geógrafos y demógrafos, cuyas propuestas se orientan más hacia la vía de retener el talento local y atraer población extranjera más que por el fomento de la natalidad, con o sin incentivos.

Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) que apuntan a un retroceso de 85.000 habitantes en doce años para Asturias arrojan "luces y sombras", a juicio del catedrático de Geografía y exrector de la Universidad Complutense, Rafael Puyol. "Tienen los mismos rasgos que en el resto de España pero en el Principado los valores de fecundidad son francamente bajos", advierte. El envejecimiento va en aumento, situándonos cerca de la primera posición del país pero además, apunta Puyol, le acompaña un doble fenómenos migratorio: el éxodo de población joven que no logra retornar. "Necesitamos medidas que logren evitar a medio plazo la involución demográfica y el colapso, eso se hace urgente", sostiene el exrector de la Complutense. "Asturias necesita un política clara; la natalidad es importante pero sus efectos tardan e apreciarse veinte años", abundó Puyol, quien plantea como soluciones el fomento de la inmigración y la recuperación del talento perdido, entendido como tal aquellas personas que salen fuera y no hallan las condiciones para emprender el camino de vuelta.

Sobre el elevado envejecimiento de la población asturiana no ve opciones de revertir la tendencia. "Lo positivo o lo optimista", según el prisma que se utilice en el análisis, "es que en 2030 Asturias perderá unos 100.000 habitantes entre 18 y 45 años por razones demográficas", continúa el experto. La ventaja, a su modo de ver, son "las posibilidades de empleo para los que se queden son mayores y eso acabará repercutiendo en la constitución de parejas y, por tanto, en el aumento de la natalidad", aunque no sea de manera significativa, precisó Puyol.

Las "medidas políticas" que exigen los expertos para enfrentarse a los tres principales retos demográficos de la próxima década -bajada de la fecundidad, profundo envejecimiento y aumento de la inmigración- deben contemplar, de manera inexcusable, "condiciones para facilitar el retorno" de lo exiliados. "Muchos países ya lo han hecho", subraya Puyol. Y eso, agrega, pasa por una recuperación de la economía asturiana, si se analiza el problema en perspectiva autonómica. "Se deben dar las condiciones para recuperar el mercado laboral por la base", agrega el catedrático de Geografía. "No es fácil ni inmediato pero es una vía más rápida que la inversión en fomentar la natalidad", recalca Puyol pues ese camino incluye una dificultad añadida en Asturias: "Cada vez tenemos menos chicas en edad de procrear por mucho incentivo que se ponga y la edad media para tener el primer hijo [en torno a los 32 años] es elevada. Al final, solo tienen uno y, rara vez, dos", concluyó el exrector de la Complutense.

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