La erotomanía o síndrome de Clerambault es un trastorno mental inusual en el que una persona, generalmente de un estatus social inferior, mantiene la creencia ilusoria de que otra persona, de estatus social superior, está enamorada de ella. Este podría ser el trastorno que sufre una valdesana que será juzgada el próximo lunes en el Juzgado de lo penal número 2 de Avilés. Se la acusa de acosar de forma continua a su antiguo médico, con el que pretendía mantener una relación. El facultativo llegó a estar tan afectado y agobiado por el cortejo de la mujer que tuvo que pedir la baja laboral y anular sus teléfono móvil, tal era el aluvión de llamadas que recibía, siempre a horas intempestivas.

Según el ministerio público, los hechos se produjeron a finales de 2016 y principios de 2017. La acusada comenzó a enviar continuos mensajes al médico, algunos de ellos con un carácter libidinoso impropio. No solo eso. También le envió regalos y se presentó en su lugar de trabajo, en el concejo de Valdés, para cortejarlo. La situación llegó a ser tan desagradable y engorrosa, que el médico comenzó a acusar la tensión. Se le hacía imposible seguir trabajando. Estaba tan agobiado que tuvo que coger la baja por depresión.

La víctima no comprendía los motivos de aquel acoso, toda vez que le siempre le había hecho saber a la acusada que no quería saber absolutamente nada de ella. Incluso le envió mensajes muy concisos explicándoselo. Sin embargo, la mujer no se dio por enterada y mantuvo la misma actitud insistente hacia el médico. La situación, sin embargo, iba a empeorar bastante, como si se tratase de uno de esos thrillers americanos.

El facultativo hizo todo lo posible por cortar el acoso al que estaba siendo sometido. Como primer paso dio de baja su móvil. Pero fue inútil. La acusada se hizo con el número de teléfono del domicilio particular del médico y comenzó a llamarle. Incluso se presentó en la vivienda hasta en tres ocasiones, concretamente en la primera semana del mes de marzo de 2017, siempre según el escrito de acusación del ministerio público.

Además, la calificación del caso también recoge que, desde mayo de 2016, a lo largo de 29 días, la acusada efectuó un total de 39 llamadas al médico, todas a horas intempestivas. Ante este acoso, al médico no le quedó más remedio que presentar una denuncia por los hechos. El Juzgado de guardia dictó el 2 de marzo de 2017 un auto por el que se prohibía a la mujer aproximarse al doctor, o comunicarse con él por cualquier medio.

Ideas delirantes

Posteriormente, se descubriría que la acusada estaba diagnosticada de un trastorno de ideas delirantes, que le limitaba el conocimiento del alcance de sus actos, al encontrarse sus capacidades intelectivas y volitivas "entorpecidas" por este enfoque tergiversado de la realidad.

Teniendo esta circunstancia en cuenta, el ministerio público solicita una pena benévola, que se le imponga a la mujer una multa de seis meses, a razón de 12 euros diarios, lo que hace un total de 2.160 euros. Asímismo, pide que se prohiba a la mujer acercarse a menos de 300 metros del médico, o que se ponga en contacto con él por cualquier medio, por espacio de dos años. Finalmente, interesa el pago de una indemnización a la víctima por importe de 1.800 euros.

Este tipo de casos son más habituales de lo que se cree. Hace unos meses, fue detenida una mujer en Arizona por acosar a un hombre al que llegó a enviarle 65.000 mensajes. Al principio eran de corte amoroso, pero la mujer fue incrementando la violencia conforme el hombre se mantenía en su negativa de iniciar una relación.