La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Adrián Villasante, rescate en los Picos a 8 grados bajo cero

El piloto se la jugó el 26 de abril de 2017 para recuperar los cuerpos de los escaladores palentinos muertos en el Jisu

Adrián Villasante Colina. L. Á. V.

El sargento Adrián Villasante Colina lleva la Guardia Civil en la sangre. Es hijo del coronel santanderino Calixto Villasante, que durante algunos años fue número tres de la Comandancia de Gijón. Este piloto de helicópteros recibió la Cruz de la Orden al Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil con distintivo rojo, el que se concede cuando se ha puesto en riesgo la vida. Y eso es precisamente lo que se jugó el sargento Villasante el 26 de abril de 2017, durante el rescate de los cuerpos de los tres escaladores palentinos que fallecieron en el Espolón del Jisu, en la vertiente cántabra de los Picos de Europa. "Sin duda ha sido el rescate más complejo que hemos realizado, y hemos hecho unos cuantos. Técnicamente fue muy peligroso, por las condiciones engelantes en que se desarrolló", asegura.

Los agentes de Rescate e Intervención en Montaña destinados en Cangas de Onís y Potes habían recuperado los cuerpos de los tres infortunados en unas condiciones de nieve insufribles, y habían estado custodiando los cuerpos durante toda la noche, a una temperatura de ocho grados bajo cero. La alternativa que se presentaba al día siguiente era seguir cargando con los cuerpos, con grave riesgo para los agentes, o tratar de sacarlos por vía aérea.

Pero las condiciones de nieve, hielo y niebla hacían imposible cualquier vuelo. "Al final se abrió una ventana de 25 o 30 minutos, muy ajustada. Sacamos los tres cuerpos de uno en uno, y al tercer viaje nos pilló la niebla. La visibilidad era muy mala, las condiciones extremas, pero logramos salir", relata el sargento, que hizo aquel servicio con el teniente Javier González, ahora destinado en Mauritania. De aquel vuelo recuerda las bajas temperaturas, que obligaron a usar los antihielos para las aspas del aparato. Finalmente pudieron sacar el tercer cuerpo y cumplir la misión.

La Polinosa

Este piloto de la Unidad de Helicópteros de Asturias tiene muy presente el accidente que costó la vida al capitán Emilio Pérez Peláez, el teniente Marcos Antonio Benito Rodríguez y el agente especialista en rescate de montaña José Martínez Conejo, el 24 de agosto de 2014 en La Polinosa (León). "Los conocía a todos personalmente, pero estaba especialmente unido a capitán Emilio. Si soy piloto es gracias a él. Fue muy duro, pero a la vez un recordatorio para todos los que formamos parte de la Unidad. Todos sabemos de la peligrosidad de nuestro trabajo", asegura. Las cifras hablan a las claras de lo peligroso que es pilotar helicópteros en el cuadrante Noroeste. "La Unidad ha perdido a ocho pilotos en los últimos años y los ocho han sido en Asturias y León", recalca.

Por aquel rescate imposible, Adrián Villasante luce ahora su condecoración con distintivo rojo, la que exhiben solo aquellos que han arriesgado la vida.

Compartir el artículo

stats