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ABEL CABALLERO | Alcalde de Vigo (PSOE) y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias

"Las áreas metropolitanas son el futuro: requieren cooperación y no avasallar a nadie"

"El secreto del éxito es el sentido común" | "Defenderé en la Federación de Municipios que las alianzas de concejos reciban financiación del Estado, ya que priman la racionalidad de recursos"

Abel Caballero, alcalde de Vigo. FERNANDO RODRÍGUEZ

El socialista Abel Caballero (Ponteareas, 1946) ejerce como alcalde de Vigo desde hace más de una década. Tomó el bastón de mando municipal en 2007 y además lidera el municipalismo español como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) desde 2015. Ha sido protagonista del nacimiento del proyecto de área metropolitana vigués, convirtiéndose en su primer presidente. El próximo martes, a las 19.00 horas, Abel Caballero expondrá las características del modelo vigués en un acto en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA en el que mantendrá un diálogo con el consejero de Infraestructuras del Principado, Fernando Lastra, que hablará acerca del área central asturiano y sus peculiaridades.

- ¿Cuándo se tomó conciencia del carácter metropolitano de Vigo y los concejos colindantes?

-Hace ya mucho tiempo, más de quince años atrás. Constituía una realidad sociológica, con más de 100.000 personas que se desplazan para trabajar en la zona, y constituye un ámbito comercial único. Como digo, era una realidad sociológica que necesitaba plasmarse en una ley.

- Con todo, el proyecto está ahora en un lance complicado.

-La ley está suspendida por un recurso de la Xunta de Galicia, que ha actuado como creo que no debe hacerse: no puede primar el enfoque político, sino el administrativo. Supongo que ese proceso judicial acabará dándonos la razón, pero se habrán perdido dos años y medio.

- ¿Son el localismo y el partidismo los peores enemigos de las áreas metropolitanas?

-Sobre todo lo segundo, los intereses partidistas. Tampoco creo que haya que emplear el término localismo de una manera peyorativa. Cada alcalde debe velar por su municipio, pero la unión tiene consecuencias muy buenas para todos. Fiscalizar las áreas metropolitanas desde el ámbito político, en un afán por mantener el control, creo que es un error. Lo que se necesita es una cooperación permanente, que supone muchísimas ventajas.

- ¿Cuál es el beneficio para el ciudadano? ¿En qué debería percibir la diferencia entre vivir en una zona con municipios individuales u otra en la que se alían para formar áreas metropolitanas?

-Importantes mejoras. Por ejemplo un mejor transporte, servicios más eficaces; o un coste de la limpieza más bajo, mayor coordinación en materia de Protección Civil, bomberos o efectivos policiales. También, que puedan llevarse procesos urbanísticos con plazos más breves y eficaces. O que la política social esté bien repartida y coordinada entre todos los municipios. Otro ejemplo: que la distribución de usos del territorio sea el más conveniente, a la hora de elegir las zonas industriales o residenciales.

- Siempre se dice que a ojos de Europa, mejor esa coordinación.

-Sin duda. En estos tiempos, la forma de articular un territorio tiene que ser supramunicipal. En el caso de Vigo hablamos de un área metropolitana de medio millón de personas, con una movilidad muy intensa, y que además tiene vocación de frontera con Portugal. Eso necesariamente implica recurrir a Europa.

- ¿Da más capacidad de decisión a los territorios?

-Sí, somos nosotros los que sabemos qué autovías se necesitan, con qué trazados. Por ejemplo, aspiramos a un tren de alta velocidad con Madrid y podemos ir juntos en esa reivindicación medio millón de personas. Eso da una mayor fuerza para continuar y ser escuchados.

- ¿Son necesarias reformas legales para que las áreas metropolitanas tengan mejor encaje jurídico?

-Eso no es complicado, pero se necesita de tolerancia política para entender que tenemos que ir todos juntos. Existen muchos modelos. Por ejemplo, en el de Vigo no hay un gobierno que se elige, sino que es un gobierno de alcaldes, que nombran un presidente; sin embargo, en el de Barcelona sí se elige ese gobierno. Pero siempre hay que tener en cuenta que no se trata de constituir una unidad de acción política, ni competir con las comunidades autónomas. Siempre en un área metropolitana habrá colores políticos diversos y será necesario entender los derechos de cada municipio y no entrar avasallando por tener la mayoría: ha de haber una gran dosis de acuerdo y debe sufragarse de forma colectiva. Por ejemplo, Vigo representa el 62 por ciento del área metropolitana y contribuye en ese porcentaje a su sostén, pero su poder en los órganos internos se limita al 45 por ciento. Lidera y paga una parte importante, pero no controla de manera hegemónica.

- La enseñanza es que la unión suma más que las individualidades. ¿Pero eso se percibe en el conjunto de los territorios?

-Está tardando, pero es el futuro. Es la mejor forma de coordinar a los municipios y tener una mayor masa crítica. En Asturias, por ejemplo, se trabaja con un modelo de área metropolitana que aglutina a 750.000 asturianos. Pero eso no diluye a los concejos, cada uno tendrá sus competencias. Es una situación análoga a lo que representa Europa, es el mismo concepto. En las áreas metropolitanas hay que tener el espíritu de compartir competencias con un gran respeto a quienes están en minoría. Estos entes marcarán el futuro próximo de manera muy importante: pasaremos de municipios con población menor a grandes aglomeraciones. Es imprescindible.

- ¿Qué será lo más inmediato que debería abordarse en el caso del área metropolitana de Vigo?

-Estábamos ya tratando de hacer planes de empleo comunes y planificar nuestras infraestructuras.; también proyectos de promoción turística. Nuestro modelo además da importancia a lo económico, pero también a lo social.

- Usted preside la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). ¿Cómo está el debate metropolitano en el conjunto de concejos?

-En la FEMP defenderé que las áreas metropolitanas tengan financiación del Estado. Si queremos mayor racionalidad es bueno que se prime a aquellos proyectos que la favorecen. Creo que la FEMP es el espacio para abordar estas cuestiones.

- ¿Pueden las áreas metropolitanas acabar con ese debate recurrente de la necesidad de suprimir concejos?

-Hablar de suprimir ayuntamientos es una simpleza. Los municipios son elementos identitarios muy importantes. Pero se pueden agrupar en áreas metropolitanas y buscar sinergias que respeten las identidades. En mi opinión ha de haber una ley que lo regule, para evitar que haya bloqueos.

- Ya están funcionando en muchos lugares los consorcios...

-Pero es distinto, porque los consorcios son acuerdos para asuntos concretos, por ejemplo la limpieza. El área metropolitana en cambio tiene poder político real.

- ¿Cuál es el secreto para que estas iniciativas tengan éxito?

-El sentido común. Al final todos sabemos que se no puede ir en algún tema contra un ayuntamiento, porque fracasas. De nada sirve avasallar, porque lo que conseguirías sería que los concejos que se sientan perjudicados abandonen el área metropolitana. Se trata de compartir un espacio de decisiones en común y beneficio mutuo. Crear un ámbito en el que planificar las necesidades de transporte, discutir la forma de financiar servicios, obtener más recursos o, por ejemplo, financiar una gran depuradora para varios concejos en vez de tener una en cada uno.

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