Sentarse a charlar con Joaquín Araújo (Madrid, 1947) es ponerse a aprender un montón de lecciones aunque no se quiera. Naturalista, escritor, guionista, ecologista, ganadero y así hasta noventa y tres oficios, pero sobre todo un campesino que vive en el bosque y que no entiende la vida sin que ésta esté en plena conexión y respeto con la naturaleza. La semana pasada Araújo estuvo en Asturias visitando la Fundación Oso de Asturias, de la que alaba su trabajo en favor de la recuperación del oso pardo cantábrico.
- ¿Es cierto que Asturias es el paraíso natural?
-Es que el caso de Asturias es un poco abstracto. Como Administración puede mejorar mucho en lo referente a la gestión de los medios naturales, pero si algo se parece al paraíso es esta región, tiene las principales características para serlo. Es una de las plazas mayores del paisaje español.
- Estamos a punto de ver desaparecer el urogallo cantábrico. ¿Lo cruzamos con el pirenaico?
-Me parece una aberración, antes de hacer hibridaciones hay que intentar mantener la especie. Yo creo que aún queda un empujón que dar antes de que sea irremediable.
- ¿Qué propone?
-Hay que luchar por sacar adelante la reproducción en cautividad, al estilo de lo que se hizo con el lince ibérico. Quedaban unos cincuenta ejemplares en libertad cuando se decidió criarlos en cautividad.
- Se ha hecho en Asturias, pero ningún polluelo sobrevivió.
-Hay que mejorar el sistema de reproducción en cautividad, no son procesos sencillos, pero se trata de dar con la tecla correcta.
- La Asturias minera está en una plena transición energética que da vértigo. ¿Inevitable?
-La transición energética tiene que llevarse a cabo con sensatez para que no se convierta en un drama. En Asturias hay que apostar por las energías limpias, por las producciones de energía mareomotriz, eólica y otros sistemas alternativos. Además, esta transición será rentable para la región, porque las energías limpias generan muchísimos puestos de trabajo.
- ¿Hay que tener miedo al cambio climático?
-Hay que estar aterrorizados, es la amenaza más grande que hay en el mundo, igual de grande que la estupidez humana que mira hacia otro lado. El cambio climático está matando a tres millones de personas al año. El año pasado, la temperatura subió en el Polo Norte 30 grados, y lo peor es que los efectos de este cambio lo están pagando las personas que menos han contribuido a él. Hay archipiélagos de Oceanía que están desapareciendo por la subida del nivel del mar, y allí la gente genera trescientas veces menos residuos y emisiones al medio ambiente que un estadounidense.
- ¿Pueden convivir el lobo y el ganadero?
-Yo soy pacifista, no soy amigo de matar, además la mortalidad del lobo es altísima. Lo que no puede ser es que estemos dejando morir el patrimonio rural. La peor agresión que han sufrido los ganaderos no son los lobos, es la Política Agraria Europea.
- ¿El ecologismo es una moda o es la mejor forma de cultivar?
-Yo soy agricultor ecológico desde hace cuarenta años. Nada que tiene que ver con la naturaleza se puede calificar como moda, porque esta palabra va ligada a que va a durar un tiempo, pero la agricultura ecológica se practica desde el Neolítico, se perdió con la revolución industrial y ahora está volviendo. El valor añadido de la agricultura ecológica es que todo lo que invirtamos en ella nos los ahorraremos en farmacias y en hospitales.
- Hay gente que abraza árboles para sentirse en contacto con la naturaleza. ¿Es necesario?
-Los árboles siempre nos esperan con los brazos abiertos.
