Cerca de 11.000 cotos en toda España participan en programas de conservación de especies protegidas como lince, oso, urogallo o el águila imperial, lo que supone que uno de cada tres cotos trabaja en la recuperación de estas especies. Parte de estos cotos se encuentran en Asturias.

El trabajo elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisán, señala que los terrenos cinegéticos "son ideales para la recuperación de especies" por su gestión, ya que suelen ser los espacios seleccionados para trabajar con las especies más delicadas, como el lince. Para el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer, la caza es una actividad "legal, legítima y, sobre todo, necesaria", sin la que se perdería el equilibrio de los ecosistemas.

López-Schümmer dice que la mayoría de espacios protegidos en la actualidad fueron en sus orígenes cotos de caza, como es el caso del parque nacional de Picos de Europa o el de Gredos.