La Fiscalía pide treinta años de cárcel para Daniel Jiménez, "El Araña", el presunto asesino del doctor Francisco Crego en La Barraca, cerca de la capital de Grado, en agosto de 2016. Jiménez será juzgado por un tribunal popular, aunque todavía no hay fecha para las sesiones. El pasado mes de junio, la Fiscalía ya había anunciado que acusaría a Jiménez por asesinato. El ministerio público considera que el presunto asesino aprovechó su superioridad sobre el médico, que tenía 83 años cuando fue apuñalado hasta morir.

Según la Fiscalía, el médico, que residía habitualmente en Oviedo, acudía frecuentemente a Grado, donde seguía pasando consulta privada y tenía una finca, a la que iba a cuidar de sus plantas. Para realizar tareas en la finca, tales como limpiar la maleza o podar las plantas, solicitaba en ocasiones la ayuda del acusado, residente en la propia barriada de La Barraca, sin trabajo fijo ni más ingresos que lo que le daban los vecinos por trabajos ocasionales en sus fincas.

Durante el mes de agosto de 2016, al marcharse Crego de vacaciones, había encargado al acusado regar las plantas y limpiar los accesos de su finca, pero el trabajo realizado por el acusado había sido muy deficiente, a juicio del médico. El día 28 de agosto de 2016, el acusado se desplazó a la finca de Crego y, alrededor de las 12,20 horas le pidió que le pagara 10 euros por el trabajo realizado. El médico le respondió que no tenía billetes pequeños y le enseñó la cartera, que contenía unos 80 euros. En ese momento, el acusado, que tenía un cuchillo, decidió matar al doctor para apoderarse del dinero que llevaba en la cartera y que le acababa de enseñar.

Cuando Crego se subía a su vehículo para marcharse, el acusado comenzó a golpearlo reiteradamente con la puerta, causándole varias heridas contusas en hombro y muslo derecho y, cuando ya se había caído al suelo, en la cabeza. Inmediatamente después, con el cuchillo que llevaba, y con el fin de originarle el mayor sufrimiento posible, le produjo múltiples heridas por cortes poco profundos en cara, cuello, tórax y manos. Finalmente, le asestó una cuchillada en el cuello de 24 centímetros y medio de longitud, que le produjo la muerte.

A continuación, el acusado se apoderó de la cartera y del teléfono móvil del médico. Tras guardar los 80 euros, arrojó la cartera de la víctima, con documentación y fotos personales, al interior de una alcantarilla de la glorieta que comunica la carretera N-634 y la autovía A-63, en las inmediaciones de la población de Grado. También se deshizo del teléfono móvil, tirándolo a un riachuelo que corre paralelo a la N-634. Ambos efectos fueron recuperados posteriormente por la Guardia Civil. El acusado arrojó igualmente el cuchillo, envuelto en una bolsa de plástico, a un contenedor de basura. No pudo ser recuperado.

El acusado era consumidor de sustancias estupefacientes desde hacía muchos años, pero en el momento de cometer los hehcos estaba a tratamiento con metadona, por lo que no tenía necesidad física de consumir otras sustancias con el fin de evitar el síndrome de abstinencia. El ministerio público considera por tanto que no tenía las facultades afectadas y no cabe la atenuante de drogadicción. Sí en cambio cabe la agravante de superioridad, debido a que el doctor Crego no esta en condiciones de repeler el brutal ataque del que fue objeto. El fiscal pide por el asesinato 25 años de cárcel, y otro cinco por el robo con violencia.