Fue una declaración plagada de contradicciones, en la sala y con la que realizó en la fase de instrucción del caso de los hermanos Christian Alí y Sebastian Sandulache. El jefe de sala o encargado del club Model's insistió reiteradamente en que el local "es una sala de fiestas" y el hotel contiguo es independiente.

"Viene gente de Bilbao, de Madrid, de Santander... Yo me dedico a estar en la sala, poner copas y rellenar botelleros. Lo que haga la gente no me preocupa ni me interesa", insistió quien declaró ser jefe de sala del Model's desde hace nueve años. Esta mañana fue el primero de los dos testigos que declararon en el juicio del clan Sandulache. Según la Fiscalía, la acusación particular y los testimonios de las víctimas de la supuesta red de trata de seres humanos, el Model's era uno de los clubes en los que se obligaba a las chicas rumanas a prostituirse.

El encargado del local aseguró primero que conocía a los acusados como clientes, y que no los veía todos los días, "unos sí y otros no", afirmó a preguntas de la acusación particular. Sin embargo, posteriormente señaló que no los conocía de nada, "sólo por el periódico". También negó que hubiera un grupo de mujeres rumanas que trabajaran en el Model's, mientras que en la fase de instrucción sí lo había admitido.

Reconoció que a una de las acusadas y víctimas la conocía porque trabajaba en pubs de Oviedo y "con todo esto (por el juicio) quién no la conoce". En la instrucción dijo no reconocerla y además, no se han publicado imágenes de esta joven.

Otra de sus afirmaciones en la sesión de hoy fue que se exigía a todo el mundo -después dijo que sólo a algunas personas- su identificación: el DNI o si no el pasaporte, y que no se admitían fotocopias, y si no lo tenían, "se les da la vuelta". Los testimonios escuchados hasta ahora coincidieron en que las chicas nunca estaban identificadas, porque carecían de pasaporte, que estaba en manos de Christian y Sebastian Sandulache.

El jefe de sala del Model's aseguró que las mujeres que había en el local iban vestidas "como si fueran a una discoteca", negó que estuvieran forzadas a estar allí y también que las hubiera visto con signos de ser agredidas. "Si veo eso, lo primero que hago es llamar a la Guardia Civil, cae de cajón. No vi nada de eso".

El siguiente testigo que declaró fue el que en el año 2013 era el dueño del hotel Confort, donde supuestamente estuvieron alojadas algunas de las chicas. El hombre señaló que no conocía de nada a los acusados y que "en un hotel pasan infinidad de personas y no puedo recordar" si entre ellas estaban algunas de las víctimas o de los acusados, aunque sí indicó que "esporádicamente" vio a los hermanos Sandulache en los alrededores. "Pero yo no controlo la calle", afirmó.