Fue accidente terrorífico, inexplicable. El 7 de agosto de 2015, en Posada de Llanes, un holandés que entonces residía en la localidad llanisca de Pancar, perdió el control de su vehículo y causó la muerte de un vecino del concejo y lesiones a otras diez personas en cuatro incidentes diferentes. El hombre, que ahora tiene 82 años, se sienta en el banquillo del Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, acusado de homicidio imprudente, lesiones por imprudencia y conducción temeraria. El ministerio público reclama para él la pena de cuatro años de cárcel y la retirada del carné de conducir por otro seis, así como indemnizaciones por importe de unos 55.000 euros. El juicio se convocó el pasado marzo, pero se suspendió para que se hiciese una prueba forense al acusado, que padece Alzheimer y según su abogada no puede hablar y declarar por los hechos. El acusado se presentó en la anterior convocatoria del juicio en silla de ruedas.

Este accidente múltiple, provocado, según la Fiscalía, a la conducción descuidada del holandés, así como al exceso de velocidad con el que circulaba, se produjo sobre la dos menos veinte de la tarde del 7 de aosto de 2015. El acusado llevaba un Hyundai Santa Fe. Al llegar al Camino del Cuartel de la Guardia Civil se llevó por delante a una peatón que caminaba en hilera junto con otras tres personas, por la orilla derecha de la calle. Tras el atropello, en lugar de detenerse, el acusado continuó circulando a toda velocidad hasta rebasar el cuartel de la Guardia Civil, donde giró a la derecha, pasó por encima de unos setos, se introdujo en una zona ajardinada y arremetió contra otro peatón, que caminaba por el lugar de espaldas al vehículo y por tanto no pudo hacer nada por evitar el atropello. A consecuencia del mismo fue lanzado por los aires, hasta la carretera general AS 263. Este fue el peatón fallecido.

A continuación, el acusado volvió al Camino del Cuartel, continuó circulando hasta golpear al vehículo Chrysler Voyager que se encontraba detenido al final de la calle, esperando para acceder a la carretera general AS-263. A consecuencia del golpe fue lanzado hacia esa carretera en el momento en que por la misma circulaba el vehículo Audi Q7, al que golpeó. Tras el choque, el Audi Q7 volvió a ser golpeado por el vehículo conducido por el acusado, que solamente así detuvo su marcha, ya que nunca frenó para hacerlo.

En todos los casos los atropellos se ocasionaron en tramos rectos con buena visibilidad, en horas diurnas, en una calle con doble sentido de circulación, sin tráfico en sentido contrario, con más de dos metros de anchura para cada sentido, donde existía un límite de velocidad genérico de 50 Kilómetros por hora, con firme en buen estado, nublado y con lluvia intermitente de distintas intensidades.

El segundo peatón al que alcanzó por la espalda, vecino de Quintana y nacido el 4 de enero de 1947, sufrió politraumatismos craneal y toraco-abdominal, que ocasionaron su fallecimiento en el Hospital Universitario Central de Asturias. El fallecido estaba soltero y los perjudicados por su muerte son sus seis hermanos, para los que el fiscal pide 30.000 euros de indemnización, así como el pago del sepelio, que ascendió a 3.502,53 euros. Los heridos, hasta diez, sufrieron lesiones de diversa consideración. La más grave fue la peatón atropellada en primer lugar, que estuvo cinco días hospitalizada y no se recuperó hasta pasados tres meses.