Svante Pääbo no atinaba a precisar el año en el que estuvo en la cueva de El Sidrón, en el concejo de Piloña. Fue en 2007, durante la campaña de excavaciones que dirigía el desaparecido Javier Fortea, y se encontró con un "yacimiento asombroso, el único en el que hay un grupo social de neandertales que, probablemente, murieron a la vez". En una comparecencia de prensa que ofreció ayer en Oviedo, el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica evocó aquellas jornadas como "unos días fantásticos en unos paisajes increíbles".

A partir del material genético extraído de los huesos de El Sidrón, "pudimos ver la codificación de proteínas en el genoma neandertal y constatamos la escasa variación genética", una de las razones que explicaría la desaparición de la especie. Pese a todos los avances en el conocimiento de la que pasa por ser la especie extinta más estudiada, Pääbo reconoce que resulta difícil determinar cómo fueron los últimos momentos de la especie. Un final sólo aparente, porque su rastro "se mantiene en personas de Europa y Asia. Algunos niños neandertales triunfaron en la sociedad humana".

Muy cerca del yacimiento piloñés se halla emplazado el instituto de secundaria de Infiesto. Sus profesores y alumnos jamás habían pensado que podrían celebrar el 50º aniversario de su apertura con un acto tan brillante como el que ayer protagonizó Svante Pääbo. El biólogo y paleontólogo logró encandilar a los estudiantes de ESO y Bachillerato que, provenientes de varios centros educativos de la región, pudieron seguir su apasionante relato de cómo el hombre moderno salió de África y fue cruzándose con los neandertales, hasta dar lugar a lo que es la especie humana a día de hoy. "Los neandertales no están extintos, sino que sobreviven en nosotros", subrayó el director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), complementando lo dicho con anterioridad en la conferencia de prensa.

El centro educativo piloñés había preparado a conciencia la visita de Pääbo. Profesores y alumnos se esmeraron en decorar el centro con murales, posters, trabajos y figuras alusivas a las investigaciones del que es uno de los fundadores de la paleogenética. En su libro "El hombre de Neandertal. En busca de genomas perdidos", publicado en 2014, Pääbo relata la historia de esa secuenciación. Ayer estampó en un ejemplar de este libro una dedicatoria en la que agradeció "la hospitalidad" que le brindó toda la comunidad educativa.

En el encuentro participaron alumnos de los institutos de Infiesto, Jovellanos (Gijón), Monte Naranco y La Ería (Oviedo) y Río Nora (Pola de Siero). Dos de ellos pudieron hacer una pregunta al ponente, una de ellas en inglés, circunstancia que fue destacada por Marco de la Rasilla, profesor de Prehistoria de la Universidad de Oviedo y miembro del equipo que ha estudiado la cueva del Sidrón.

Svante Pääbo acudió a Infiesto acompañado de su hijo Rune, de trece años. Tras la conferencia, visitó el laboratorio de ciencias naturales del instituto, donde departió con alumnos de primero de Bachillerato de ciencias y se interesó por los contenidos de la asignatura de biología que se imparte. La estudiante Marina Aladro le formuló una pregunta.

Acto seguido, el premio Princesa visitó la exposición "Los 13 de El Sidrón", instalada en el núcleo urbano de Infiesto, en el edificio de la Fundación Marqués de Vista Alegre. Le acompañaron el alcalde de Piloña, Iván Allende, y el cronista del concejo, Andrés Martínez Vega. El recorrido por las instalaciones que divulgan los resultados de las excavaciones puso colofón a "un día fabuloso", en palabras de Covadonga Fernández, directora del instituto de Piloña. "Todos, profesores y alumnos, se han volcado. Ha sido un trabajo de grupo maravilloso", añadió.

Por la tarde, Svante Pääbo mantuvo un coloquio con el público que llenó el Paraninfo de la Universidad de Oviedo. Fue presentado por Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca. El científico sueco manifestó su confianza en hallar nuevas especies de homínidos, y centró sus expectativas en China.