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La Ingeniería pierde pujanza ante otras carreras científicas, admiten los decanos

Los centros captarán alumnos de otras regiones: "No mejorará con la natalidad de Asturias" Sólo un 15% de los informáticos son chicas

La Ingeniería pierde pujanza ante otras carreras científicas, admiten los decanos

Los estudios de ingeniería pierden empuje en la Universidad de Oviedo. Los decanos admiten que las cifras no son preocupantes pero en los últimos años se asiste un retroceso en las cifras de alumnado. "Las ingenierías, en general, han bajado en toda España", admite el director de la Escuela de Informática de Oviedo, Benjamín López. Por ello, no es de extrañar que haya surgido la propuesta entre los responsables de las principales escuelas de ingeniería de la región de comenzar a salir a captar alumnos del exterior. Lo apunta Asunción Cámara, directora de la Escuela Politécnica de Mieres: "Hay que intentar ser atractivos fuera". Los que se van, indican algunos, lo hacen en favor de otras disciplinas científicas como Matemáticas o Física. Y pierden chicas o no logran atraer las suficientes: en los años 90 en Ingeniería Informática ellas representaban un 40% del alumnado, hoy rondan el 15%.

En Gijón, el director de la principal Escuela de Ingeniería, Juan Carlos Campo, no ve con preocupación la merma de alumnos. Sí han bajado en algunas disciplinas, pero ganan fuerza, en su caso, en Informática y Electrónica. De hecho, superan con creces las cifras de numerus clausus en algunos de sus grados con límite de admisión. Y ya hace varios años que mantienen una política activa de captación de estudiantes a través de charlas en los institutos de la región en dónde dan a conocer las oportunidades de estudiar una disciplina científica. "Lo que vemos ahora será la tendencia que tendremos en los últimos años", sostiene Campo quien no comparte el criterio de que disciplinas como Matemáticas y Física absorban ahora a quienes antes cursaban ingeniería. "Son tendencias; el sistema productivo demanda ahora equipos más multidisciplinares", agregó el director de la Politécnica de Gijón.

En cifras es el grado de Informática del Software el más alumnos recibe este curso entre todos los de ingeniería: 154. Le sigue el de Ingeniería Mecánica, con 142 y el de Informática en Tecnologías de la Información, con 122. Del otro lado, el Ingeniería de Tecnologías Mineras únicamente sumará 20 alumnos y los de Marina y Náutica, considerados también como una ingeniería, 12 y 21, respectivamente. Aclara la directora de la Politécnica de Mieres que los 11 alumnos que se registraron en la matrícula del doble grado en Ingeniería Civil e Ingeniería de los Recursos Mineros no implican ninguna caída pues la realidad es que suman los alumnos de cada uno de los grados por separado.

Asunción Cámara insiste, no obstante, en que en la necesidad de buscar alumnos fuera de la región "con índices de natalidad tan bajos en la región es necesario, las cosas no irán a mejor". En Geomática este curso han triplicado las cifras del año anterior pero reconoce que existen otros factores que no les hacen atractivos en el "caladero" de futuros universitarios. El transporte, por ejemplo. "Una alumna de Laviana nos dijo que le resultaba más fácil ir a estudiar a Gijón que a Mieres", continúa Cámara.

Benjamín López, director de la Escuela de Informática de Oviedo, indica que su disciplina había "muchísima" demanda en los años noventa pero las cifras, en general, "han bajado pese a que se trata de unos estudios con un demanda de empleo alta". Y aunque países como Estados Unidos están tratando de fomentar las vocaciones científicas la consideración que las ingenierías tienen ahora entre la población preuniversitaria es menor. "Quizá por un cuestión de la cultura del esfuerzo", apunta López.

Juan Carlos Campo agrega una variable: la población universitaria del extranjero, donde podría encontrarse un caladero de futuro matriculados. "En los másteres la competencia que existe es atroz", advierte, pero existe, a su juicio, una oportunidad en los denominados títulos propios para una formación a más largo plazo, en torno a 30, 40 o 50 años. "Ahí es posible crecer; la gente necesitará como nunca una formación permanente", sugiere el director de la Politécnica de Gijón.

Pero captar alumnos de fuera también implica flexibilizar las condiciones actuales. Fuera de la Unión Europea, a los alumnos se les exigen unas tasas como segunda o tercera matrícula, como si hubieran repetido curso, lo que implica un desembolso mayor. "Si queremos entrar en esa rueda habrá que ofrecer posibilidades análogas", sostiene Juan Carlos Campo. El Rector de la Universidad de Oviedo ya ha advertido, además, que habrá que replantearse la oportunidad de mantener aquellas titulaciones con menos alumnos.

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