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Bandujo, a 3 grados y con paraguas en el cementerio por Difuntos

La lluvia y el frío imponen una bendición veloz de tumbas en el pueblo, que adelantó el oficio por la carga de trabajo del cura

Rafael Giménez bendice las tumbas con paraguas ante los vecinos, ayer, en Bandujo. SARA ARIAS

Abrigos, botas y paraguas. Así acudieron los vecinos de Bandujo (Proaza) a la celebración de Difuntos a cuenta del temporal que azota la región. Durante el responso en el cementerio donde engalanan las tumbas de tierra con flores desde la Edad Media, no pasaron de los tres grados y nada más que el párroco, Rafael Giménez, finalizó la bendición todos corrieron a casa, a calentarse. "Hoy ya se nota, ya empezó el frío porque amaneció con nieve en la peña", comentó Nieves Álvarez.

La lluvia, la niebla y el frío fueron los protagonistas de una misa adelantada porque el cura, como sucede en muchos pueblos de Asturias, no puede oficiarla el día de la celebración oficial -el 1 de noviembre, Todos los Santos; el 2, Difuntos- al tener varias parroquias a su cargo. No obstante, estuvo sin llover durante la misa en el templo y a la hora de ir a bendecir las tumbas, empezó la lluvia pese a un pequeño claro de sol.

Mientras el párroco les felicitaba por el trabajo realizado con las flores para decorar todas y cada una de las tumbas, que calificó de "maravilla artística" y una belleza sin igual "por la generosidad de los vecinos y el amor y cariño que hay en cada pétalo", comenzó a jarrear. Tanto que hasta el agua caló el paraguas del sacerdote, mojando las hojas de su libro de liturgia. La bendición de las tumbas la hizo bajo paraguas y evitando resbalar por el barro. "Vaya con cuidado", se oyó decir.

Así las cosas, fue un responso más rápido de lo habitual por culpa del frío. En cuanto Rafael Giménez despidió a los fieles, en cuestión de un minuto desaparecieron todos de la zona de la iglesia. "El que no tiene que mirar por el ganado se va para casa, allí no tendrá problema, estará bien en la cocina", señaló Covadonga García.

En esta estancia es, precisamente, donde se pasa más tiempo a lo largo del día por las cocinas de leña que dan abrigo a toda la casa. Y por si la cosa se pone peor y el frío se intensifica, las despensas ya estaban bien llenas. "Tengo el congelador preparado", comentó entre risas Nieves Álvarez. Otros como Esteban Álvarez aún tenía que revisar las existencias en la caseta de la leña: "De momento tengo poco, la va a haber que llenar", señaló.

La niebla y la lluvia envolvieron Bandujo durante todo el día, rodeado de cumbres nevadas. El pueblo olió a chimenea y a buñuelos. La mejor receta para el frío.

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