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La Guía Secreta De Asturias

Ventaniella, antes de la nieve

El puerto pongueto, por donde antaño entraban desde la Meseta mercaderes y viajeros, cuenta con una histórica venta y una capilla dedicada a la Virgen

Ventaniella, antes de la nieve

Apenas hace quince días, antes de la gran nevada que cubrió Asturias el pasado fin de semana, el puerto de Ventaniella, en el concejo de Ponga, era un espectáculo de color otoñal, espectáculo que ahora y con los restos de nieve que quedan, aún lo hace más tentador para la fotografía. Y es que si el otoño se luce con el paisaje boscoso, en Ventaniella realiza auténticas obras de arte.

A este espectacular rincón de Asturias y que forma parte del parque natural de Ponga, se accede tomando un desvío, a la izquierda, antes de llegar al pueblo de Sobrefoz desde la capital del concejo, San Juan de Beleño. La estrecha carretera está estos días en obras, con lo que hay que ir con prudencia y con paciencia. También es recomendable conocer el pronóstico del tiempo, para evitar sorpresas desagradables.

La pista está asfaltada en parte, por lo que una vez terminado el asfalto es conveniente continuar a pie, una circunstancia satisfactoria porque el camino es sencillo y se disfruta del entorno hasta llegar a Ventaniella. Serán, andando, algo más de dos kilómetros.

El puerto es precioso, con un bosque donde, entre otros ejemplares, predominan la faya y el roble. Justamente antes de la gran nevada había alcanzado el mejor momento de los colores otoñales para hacer fotografía o, sencillamente, para disfrutar de este lugar con todos los sentidos. Allí, además, se encuentra, rehabilitado, el edificio que fue la antigua venta y, un poco más allá, la ermita de la Virgen de Ventaniella. La historia de esta venta se remonta a siglos atrás, recordándose que llegó a ser una alberguería de gran importancia y con varias funciones, pues, además de acoger a los viajeros y arrieros y ser casería para el alberguero, también tuvo funciones de hospital.

También tiene la venta una curiosa historia que, sin duda, la dota de encanto. Y es que se cuenta que durante la estancia de los árabes en Asturias su caudillo Munuza supo que en la venta de este lugar se alojaba una hermana de Pelayo. Al refugio mandó sus huestes, que al ventero llegaron amenazándole de quemar la venta si no les entregaba a la doncella. Él, valiente como pocos, se cuenta que se vino arriba y que, a la puerta de la venta, les gritó sin miedo alguno que "ni la venta, ni ella", y de ahí cuentan algunos que se deriva el nombre de Ventaniella. Sin duda una historia que, sea o no cierta, engancha.

La propiedad de este albergue desde época medieval ha pertenecido a los vecinos de la parroquia de Sobrefoz que la arriendan cada cuatro años al vecino que más puja en la subasta para hacerse con su dirección. Por otro lado la fiesta de Nuestra Señora de Ventaniella es una de las que cuentan con más asistencia tanto de Ponga como de otros lugares de Asturias.

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