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Somiedo soñado | 22

Un torrente de ideas nuevas para el concejo

Una cerveza local, queso de cabana, cursos de "huerting", un máster de "econología", un Erasmus para familias o un "Somiedo cero CO2", las propuestas para el futuro de Daniel Suárez, creador de una "app" de móvil para entrenar a los trabajadores de las empresas

Braña de Mumián, una de las más visitadas en Somiedo.

En la historia de mi relación con los seres vivos, con independencia de algunas especies -animales, sobre todo- que desde niño ya me apasionaban, los líquenes figuran como el gran grupo que siempre admiré. Entre sus múltiples características, además de su maravilloso y diverso colorido y de su belleza intrínseca, está la de ser la reunión de otros seres variados y lejanos en la evolución, que han sabido colonizar medios ecológicos incompatibles con otras formas de vida. Pues bien, mientras me reúno con Daniel Suárez Sánchez, somedano nacido en Avilés en 1980, y a quien no conocía de antemano, rememoro mis estudios sobre los líquenes, seres compuestos por diferentes especies de hongos, algas, cianobacterias, bacterias y tal vez un largo etc., y que en realidad constituyen una suerte de microecosistemas (léase hotel de empresas) en el que confluyen un conjunto de individuos (léase emprendedores) y colonizan medios que nadie es capaz de explotar, pero preparan el camino para que otros muy distintos puedan seguir la sucesión de la vida.

Daniel o Dani Suárez, economista formado en la Universidad de Oviedo y que se reconoce a sí mismo como vecino de Gúa, pueblo de su padre, el que fuera primer alcalde de Somiedo en la etapa democrática en que vivimos, es lo que hoy en día llaman un "emprendedor", y yo añadiría que un emprendedor joven, ya que su historia viene de atrás o tal vez de muy atrás. Hablar con él es un acto de escucha, pues las palabras fluyen de Dani como los proyectiles de un arma de esas que atruenan en las películas bélicas más modernas. Su nacimiento avilesino lo justifica en el hecho de que su madre, tristemente desaparecida hace escasos meses, era natural de Castrillón, pero lo minimiza al comentar que 15 días después ya estaba en La Pola, en donde la familia vivía, ya que su padre, Ricardo Suárez Argüelles, como ya había comentado, era el primer regidor del concejo.

Por ello, sus primeros recuerdos son de la capital somedana y se trata de sus incipientes juegos, porque ya con cinco años la familia se traslada a Oviedo para su escolarización en el colegio de La Ería, en cuyo instituto terminaría el bachillerato, para, tras el COU, ingresar en la Universidad. Finalizada la carrera, culminó el Master en Administración y Dirección de Empresas. Daniel me habla con gran cariño del catedrático Juan Ventura Victoria, director de la cátedra de Emprendimiento, fallecido a finales del año pasado.

De veranos aburridos a proyectos para su tierra. Ciertamente, Daniel Suárez es una persona absolutamente risueña y muy empática, y "Zapiens" es el nombre de la empresa de la que él es el CEO (Chief Executive Officer). Cuando le pregunto que a qué se dedica, me contesta riéndose que "en realidad a enviar mails y dar conferencias". "Hemos desarrollado una aplicación de móvil para entrenar a los trabajadores de las empresas, de forma que con los datos que aportan conformamos una inteligencia artificial en la que la prioridad la tienen las personas; en nuestro caso, el robot está después de los trabajadores. Cuando alguien necesita información, la máquina contesta, pero si no tiene la respuesta puede buscar qué otros empleados lo saben, y le contestan. Algunas empresas incentivan económicamente o en tiempo de descanso a los trabajadores que conocen las respuestas, otras no. Somos inteligencia artificial, simple cultura, no lo sé, a mí me han llamado de todo, hasta 20 etiquetas me han puesto. Dí que somos simplemente una 'app', una aplicación para móviles".

Para explicar su relación con Somiedo, aparte de aquellos primeros cinco años, Daniel relata: "Yo soy de Gúa, y allí pasaba mis vacaciones hasta los 14 años, yendo a la hierba para ayudar a mis abuelos. En el pueblo no había niños de mi edad y eran veranos muy aburridos en los que nació el yo filósofo", comenta entre risas, añadiendo que "era un sitio al que odiaba ir". "Ahora, cuando mi agenda es un sarao de eventos, cuando estoy en Estados Unidos, en Alemania o en Francia, de donde acabo de llegar, Somiedo es el lugar en el que puedo tomar tierra; desde los 24 años estoy volviendo cada vez más", reflexiona mi interlocutor.

Cuando hace unos años Daniel Suárez fundó su "Freehouse" ("somos emprendedores ayudando a emprendedores", reza su lema), en la que llegaron a convivir hasta 40 personas de diversas partes del mundo, seguramente estaba pensando en su Somiedo natal del que comenta que es "la tierra prometida para el emprendimiento". Y sobre esta tierra no cesan de agitarse sus ideas. Pero, a diferencia de otros muchos que nos hemos pasado ideando futuro, Daniel es un hombre con los pies en la tierra y llega a materializar sus proyectos.

La intención de mi contertulio no es otra que la de que los visitantes que llegan al Parque Natural puedan llevarse un "souvenir". En este sentido ya ha avanzado en la creación de dos marcas para su inmersión en el campo de la industria agroalimentaria. Una, "Somiedo beear", para la producción de cervezas artesanas, y otra "Deteito", para la producción de quesos de "cabana" "como los quesucos que colgaba mi abuela, envolviendo el cuajo en un paño", no tardarán en ser una realidad. Este segundo proyecto lo piensa desarrollar combatiendo una de las cuestiones que más le preocupan en el mundo somedano, la pérdida de las "cabanas de teito", más del 50 por ciento en 30 años. "Pueden hacerse más cosas para frenar este triste goteo de desapariciones" o algo similar, afirma Daniel.

Un futuro somedano desde la econología. "Hay dos mundos, el hiperacelerado de Matrix y Somiedo", así comienza Daniel a hablarme cuando le pregunto por un futuro para su tierra natal. "Ahora estamos produciendo un documental sobre la vuelta a casa, al que acompañará un libro sobre gestión del conocimiento", añade para continuar con sus ideas sobre un futuro somedano: "Muchos pueblos se irán, desaparecerán, sólo sobrevivirán los que tengan una capacidad mínima de atracción. Es necesario una masa crítica mínima, ya que unos pocos actores pueden cambiar todo". "Seguramente iremos a modelos mixtos", dice Dani al referirse a lo que él califica como nomadismo digital. "Las carreteras del futuro se llaman fibra óptica, es necesario un cambio radical, hay que ir de verdad hacia el desarrollo sostenible".

Desde hace algunos años, Daniel Suárez organiza en Somiedo foros de debate con emprendedores, hasta 60 personas han participado en alguna edición y todas son de fuera del concejo, "simplemente quedan encantados con lo que pueden ver y percibir, todos vuelven o volverán, seguro". Y en esta línea van algunas de sus ideas de organizar escuelas de verano, hasta que logre una de sus máximas aspiraciones, que no es otra que la que se desarrolle aquí un máster en econología, una palabra que para él es vital y que se define como la gestión del conocimiento de la casa y viceversa, es decir, la gestión de la casa desde el conocimiento; "no podemos gestionar correctamente algo que no conocemos", apostilla.

Daniel se lamenta amargamente de que en breve tiene que pasar seis meses en San Francisco, lejos de su Gúa natal en donde desarrolló, como ya comenté, su pensamiento crítico, y sentencia: "La máxima creatividad es apartarse del mundo". Aprovecho para preguntarle qué idea tiene él de esto de la conservación, de la protección de las especies, de la declaración del Parque Natural de Somiedo, etc. y la contestación, muy didáctica como todas las de Dani, no se hace esperar. "Mira, hace algún tiempo, ante la posibilidad de hacer una visita a Disneyland, yo preferí ir al Parque de Yosemite; allí, debajo de la gran pared del Capitán, recogí mucha basura, es una de mis obsesiones, indudablemente los humanos tenemos que autolimitarnos", comenta Dani. Y continúa: "No me gustan las cuotas, pero es necesario generar espacios de protección para no cargárnoslo todo, hay que potenciar la convivencia humanos-entorno; por ello yo propugno que a día de hoy hay que proteger espacios. Realmente es un lujo que un lugar como Somiedo esté protegido".

"Hay una última barrera", reflexiona, "que no es otra que el valor de la escasez, y vuelvo a insistir en que Somiedo es tierra prometida para el emprendimiento". "Los empresarios somedanos tienen mucho potencial, pero hay que explotarlo desde la coherencia; de momento es imposible adquirir un recuerdo hecho en esta tierra", prosigue diciendo Daniel mientras apunta ideas continuamente: "Sería muy fácil poner una barrera y cobrar las entradas para invertir en la protección de nuestra naturaleza; por ejemplo, Somiedo cero CO2; seríamos el concejo más natural del mundo, ¡quién no pagaría por entrar!".

"Estamos en un momento de traspaso generacional, es necesario generar una especie de Erasmus para familias, conseguir inversores", continúa Dani para añadir que "hay que generar ecosistemas [humanos] nuevos, lo otro es repetir patrones ya casi amortizados; ¡hay que impactar! Hay exceso de ofertas". "De momento, puedo decirte una cosa, si algún día tengo hijos, me gustaría que se educaran aquí; antes, la televisión terminó con el filandón, les decía el guía del Ecomuseo en la sede de Veigas, a un grupo de los que he traído a Somiedo; yo pienso que ahora el móvil está terminando con las familias. Las cosas son distintas en entornos como Somiedo".

La conversación con Daniel Suárez Sánchez, aquel niño que se aburría en los veranos de Gúa y que hoy, apenas 25 años después, no puede vivir sin retornar de vez en cuando y nunca quiere marchar, continúa entre los osos, la flora, los cursos de "huerting" que imparten en la "Freehouse" una vez por semana, los numerosos premios que individual o colectivamente están recibiendo las personas de "Zapiens", la ecología, la economía y la econología. Al despedirme y coger el coche, me voy sonriendo francamente esperanzado, poco a poco con estas conversaciones del 30 aniversario del Parque Natural de Somiedo, voy vislumbrando un futuro para este territorio; ahora ya tengo claro quién será uno de sus principales actores.

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