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Quince cazadoras participan en la primera batida de jabalíes sólo para mujeres

"Esperamos pasarlo bien, que haya suerte", aseguran las impulsoras, que buscan hacerse visibles en un mundo tradicionalmente de varones

En primer término, Laura Vázquez muestra su arma. G. García

Son hábiles con el arma, diestras en el manejo de perros, y fuertes a la hora de resistir horas y horas de caminata por el monte detrás de un rastro. Las mujeres aficionadas a la caza crecen en número en la región. Entran decididas en un mundo, el cinegético, tradicionalmente reservado para los hombres, y lo hacen de manera desenfadada pero al mismo tiempo responsable, con muchas ganas de disfrutar y aprender. Se reparten a lo largo de todas las cuadrillas que operan en el territorio, y, por primera vez en el Occidente, organizarán una cacería exclusivamente para mujeres. Será el sábado 17 de este mes, en Pesoz, donde tienen disponible un cupo de cuatro jabalíes. "Esperamos pasarlo bien, que haya algo de suerte, y, sobre todo, que no se manque nadie", aseguran las impulsoras.

La iniciativa es pionera en la comarca, y busca, además de disfrutar de la actividad cinegética entre compañeras, dar visibilidad a una afición que todas ellas han vivido desde muy jóvenes. Es el caso de Nuria Magadán, de Pesoz, que comenzó a vivir la caza de la mano de su padre, cuando tenía diez años y lo acompañaba al monte. "Desde hace nueve años dispongo del permiso de armas: me gusta porque hay compañerismo y buen rollo. Se pasa muy bien y se conoce a mucha gente", asegura.

Todo está preparado para el próximo sábado, cuando se reunirán hasta dieciséis mujeres en el concejo del alto Navia. Muchas serán de la zona (Vegadeo, Tineo, Boal o Cangas del Narcea), pero también acudirán cazadoras de Villaviciosa o Langreo, e incluso llegadas desde Ferrol y Pontevedra.

Una de las que no se ha querido perder una jornada tan especial es Leticia Piedra. Esta boalesa también comenzó desde niña a interesarse por la caza, que en su casa practican su padre y sus dos hermanos. "Llevo dos años con permiso, y un jabalí abatido por temporada", relata. Reconoce que no tiene palabras para describir las sensaciones que le provoca una cacería: "Sentir los perros ladrando, la adrenalina cuando ves al jabalí, los nervios cuando le vas a disparar... Es algo único", asegura. Su madre, María Victoria Pérez, confiesa que al principio sentía "miedo" por su entrada en este mundo, pero la realidad ha cambiado su opinión: "Veo cómo los compañeros las tratan, cómo se preocupan por ellas. Es una maravilla".

La llegada de la mujer a las cuadrillas de cazadores "no ha sido sencillo", pero ahora "se ven más que nunca: hay bastantes repartidas por los grupos". Lo explica María Pérez, de Vegadeo, que aunque tiene licencia desde hace 35 años, hace poco que comenzó a salir al monte. Antes se lo impedía su trabajo. "Me gusta cazar, y, sobre todo, ir al monte con los perros", dice. Se reconoce "ilusionada" con la jornada que compartirá en Pesoz con sus compañeras: "Es una oportunidad única para conocernos y seguir disfrutando de lo que nos gusta". Otra de las participantes será Laura Vázquez, natural de Langreo y vecina de Navia. "A veces, los hombres se meten un poco con nosotras, pero es siempre de broma. Hay muy buen rollo", afirma.

La propuesta de la cacería en Pesoz ha fructificado gracias al impulso de estas mujeres, y al apoyo que han encontrado a través de las redes sociales. Esperan que el tiempo sea benévolo para librarse de la lluvia y de la nieva, y que la jornada sea fructífera. "Jabalíes hay muchos. El caso es sacarlos, y que haya puntería", bromean. Si todo sale bien esperan poder repetir la actividad en años sucesivos, ya que, además, "se dará mucha vidilla al pueblo", rematan.

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