Los Picos de Europa suman trece años sin plan rector de uso y gestión (PRUG), un hecho sin precedentes en la red de parques nacionales españoles, que ha quedado constatado hace solo unos días cuando el patronato del parque nacional de Guadarrama, constituido hace "solo" cinco años, daba luz verde a su plan de uso. Los responsables de los Picos de Europa, no obstante, han anunciado que el documento final estará listo en unos días, y que será presentado al patronato y será expuesto al público antes de que acabe el año. "Se ha avanzado más en los últimos quince días que en los doce años anteriores", destacó un responsable del Principado. ¿Qué ha cambiado? La única variación visible es que hay otros nombres al frente la Consejería de Medio Ambiente de Asturias. Y esa, precisamente, es la clave.
Cuando el departamento asturiano de Medio Ambiente estaba adscrito a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales no había sintonía con los gobiernos de Cantabria y Castilla y León. Los dirigentes asturianos aseguraban que anteponían a cualquier otra circunstancia la conservación del parque nacional, al considerar que ese es el objetivo de este tipo de espacios protegidos y lo que exige la legislación española, y cedieron las decisiones a los órganos administrativos (la codirección del parque). Esta actitud propiciaba "el desorden" e impedía actuar con "criterios de racionalidad", según los dirigentes cántabros y castellano-leoneses, que mantenían -y mantienen- que es "imprescindible" tener en cuenta la "singularidad" de los Picos de Europa, uno de los dos parques nacionales de España -el otro es el de Monfragüe, en Extremadura- con núcleos habitados y una importante actividad económica en su interior. E imposibilitaba buscar el "necesario equilibrio" entre la conservación y el desarrollo sostenible de la zona.
La llegada a la consejería asturiana de Fernando Lastra y su "número dos", Benigno Fernández Fano, propició el acercamiento entre las tres regiones, al abrirse canales de "diálogo" para "poner por fin orden y rigor" en el parque nacional. Y llegó el entendimiento entre las tres regiones, que buscan ahora con el nuevo plan rector una "situación de confort" de la que puedan participar todos los sectores implicados: grupos conservacionistas, vecinos, ganaderos, propietarios de terrenos y usuarios, especialmente entre estos últimos las federaciones de montaña.
Un ampliación dudosa
Algunos mandatarios de las tres regiones parten de la base de que el parque de la Montaña de Covadonga quizá no tendría que haber sido ampliado en 1995. Ello porque la realidad de los Picos de Europa choca frontalmente con lo que la propia legislación española exige para que un territorio sea declarado parque nacional: debe ser un lugar "con la mínima intervención humana, o sin ella". Y los Picos no encajan en esa definición, porque hay mucha actividad humana; la ganadería extensiva, por ejemplo, desde tiempos inmemoriales.
Los dirigentes autonómicos de las tres regiones de los Picos de Europa defienden que las actividades humanas que se desarrollan en el interior del parque deben tenerse en consideración. En los Picos de Europa existe actividad ganadera, agroalimentaria, turística, deportiva...Un ejemplo: el futuro PRUG regulará las carreras de montaña, muchas de las cuales han tenido hasta ahora han tenido serios problemas para celebrarse por las reticencias de los dirigentes del parque nacional y una interpretación de las normas vigentes "muy restrictiva, sin motivo alguno".
Las tres regiones del Parque defienden que estas competiciones suponen un "importante revulsivo económico" para la zona. Así que el plan rector propondrá, salvo cambio de última hora, mantener las que ya existen, al considerar los rectores del parque que no suponen "ningún peligro medioambiental". Es solo un ejemplo de los nuevos "criterios de racionalidad" que planteará el plan rector.
