El coordinador regional de IU, Ramón Argüelles, se arriesga a quedarse solo y sin apenas apoyos por su estrategia de tratar de nadar entre tres aguas en la coalición: atender los intereses de la minoría que le aupó (algo más del 30 por ciento), asumir la estrategia de la dirección federal, y tratar de conciliarla con una mayoría del partido contraria a esas decisiones y que ha logrado reforzar su posición con la victoria en un referéndum.
Todo ello sucede en medio de un clima de creciente tensión interna. Izquierda Unida de Asturias será la única federación que se presente en solitario en las próximas elecciones autonómicas, mientras que la dirección federal ampara alianzas con Podemos en las europeas y en los concejos.
La coordinación de Argüelles no está en cuestión, pero sí sus estrategias, con el riesgo de que termine convertido en un gigante con pies de barro.
Si hubiese que trazar un bosquejo de IU, esta se dividiría entre partidarios de la confluencia con Podemos y contrarios a ella. Pero ese sería un dibujo muy tosco; en la coalición hay tantas familias casi como militantes, y las alianzas se crean y destruyen con la rapidez con que se forman antipartículas en el Universo. IU de Asturias siempre es un orden inestable.
Ramón Argüelles logró la victoria en las últimas primarias para ser coordinador regional gracias al apoyo principal de las agrupaciones clave de las Cuencas, como Mieres, Langreo o Lena, así como gran parte de Avilés. Pero su estrategia de tratar de contentar a todos sin satisfacer a nadie, así como su silencio sobre sus aspiraciones en la próxima lista electoral no hacen sino subir la temperatura.
La mayoría le pide que siga a rajatabla el mandato del referéndum y sea firme en expresar el rechazo en Asturias a la dilución en Unidos Podemos; los partidarios de la confluencia defienden que se mantengan los criterios federales. Avilés y Langreo, por ejemplo, ya tienen en marcha procesos para presentar en las municipales candidaturas conjuntas con Podemos.
Entre tanto, se mantiene la incertidumbre sobre la candidatura, sin que aún se hayan establecido contactos entre las familias para tratar de consensuar nombres, lo que genera un clima de mutua desconfianza, con lo que cada cual piensa incluso en presentar su propia alternativa a las primarias. Con todo, la organización tratará la próxima semana de apaciguar ánimos y comenzar a preparar calendarios y contenidos de cara a unas autonómicas en las que la mayoría de IU de Asturias apuesta por que la estrategia de acudir separado de Podemos les dé mejores resultados que la de la confluencia que defiende Garzón.
