La festividad de San Alberto Magno, patrón de los químicos, tuvo ayer nombre de mujer. Las dos premiadas por el Colegio Oficial de Químicos de Asturias y León y la Asociación de Químicos del Principado fueron dos científicas: la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez López, por su dilatada trayectoria profesional; y la joven Nuria Cuesta Pedralles, por su tesis doctoral sobre materiales anódicos alternativos para el desarrollo de baterías ión-litio sostenibles. La decana de la Facultad de Química, Susana Fernández, aprovechó esta coincidencia para denunciar que "el techo de cristal sigue existiendo" en el campo de la investigación. "Que haya tan pocas mujeres es un problema no sólo para nosotras sino también para la ciencia porque se está perdiendo la mitad del talento", protestó.

Rosa Menéndez (Cudillero, 1956) recogió el premio al mérito científico, un reconocimiento "con doble significado" para ella, pues viene de "mis compañeros y de mi tierra". El martes hará un año que la presidenta del CSIC vive en Madrid y, según confesó, "añoro Asturias, el Aramo, los Picos de Europa y el verde". La doctora en Químicas pronunció una breve conferencia, titulada "Del carbón al grafeno", que fue en realidad un recorrido a su vida profesional: desde la Universidad de Oviedo hasta el Instituto Nacional del Carbón (Incar). Como tantos jóvenes ahora, Rosa Menéndez también tuvo que emigrar: primero a Inglaterra y después, a Estados Unidos. "Me fui a Newcastle hablando francés", dijo a modo de anécdota para poner énfasis a continuación en lo importante: "El entonces director del INCAR me dijo que tenía dos opciones: irme o irme. Las cosas nunca han sido fáciles y la vuelta no está garantizada, pero tenemos que luchar por el regreso de nuestros jóvenes". A favor de los químicos juega su "gran versatilidad", añadió.

La directiva del CSIC, que recogió esta misma semana en Bilbao el Premio a la Excelencia Química 2018, confesó que lucha por la investigación con toda su "energía y ánimo". "Estoy aprendiendo muchísimo, no podéis imaginaros. Estoy visitando los 120 centros del Consejo Superior y hay líneas de investigación muy interesantes. Por ejemplo, hay un equipo que hidroliza las claras de huevo para hacer batidos proteicos y bajos en grasa, y hasta bombones. El ritmo que hemos mantenido a pesar de la crisis es muy alto, pero si no aumenta la financiación y el personal, vamos a perder la excelencia científica", reflexionó.

El acto de ayer sirvió también para homenajear a los nuevos colegiados y asociados, así como a los miembros más veteranos. Además del decano del Colegio de Químicos, Javier Santos, del presidente de la asociación, Miguel Ferrero, y de la decana de la facultad, Susana Fernández, intervinieron en el Palacio de Congresos del Calatrava de Oviedo el Rector de la Universidad de Oviedo, el químico Santiago García Granda, y el consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola. El representante del Principado recordó que el nuevo plan de ciencia ya está aprobado, el cual sentará "las bases de nuestra acción futura en I+D+i".