La arbitrariedad con la que los grupos políticos reparten sus contratos de asesores estuvo en el origen de la crisis en Foro que acabó con la dimisión de la que era su presidenta y portavoz parlamentaria, Cristina Coto. Las expresidenta tomó la decisión de otorgar un contrato de jornada completa a una asesora que tenía solo media jornada "porque realizaba tantas horas de trabajo como los que gozaban de un contrato completo". De hecho, la asesora económica de Foro en el Parlamento desempeña las labores de contabilidad de todo el partido y tiene en la sede forista su despacho habitual. Esa decisión de Coto fue rechazada por la dirección del partido (aunque ella era la presidenta), que movilizó incluso a otra diputada forista, Carmen Fernández, para exigir al Parlamento que desoyese la propuesta de Coto. Aquella crisis que terminó con el abandono de Cristina Coto también supuso el cese de la asesora que estaba a media jornada y, posteriormente, el del asesor de prensa que ahora ha presentado la reclamación laboral que podría acabar en un juicio. Este asesor ha presentado además otra denuncia por presunto acoso contra Foro y contra Francisco Álvarez-Cascos que podría sustanciarse en los tribunales.
