La Comisión Europea ha felicitado al Gobierno de la región por la gestión de la crisis abierta por la aparición de la polilla de la patata en el Principado, que obligó a restringir los cultivos en las áreas afectadas y a tomar otras medidas de control.

Así se desprende de la auditoría realizada por los técnicos de la UE, que pone de relieve el buen trabajo realizado desde la Dirección General de Desarrollo Rural, tal como indica María Jesús Aguilar. La buena marcha de los controles no implica una rebaja en los niveles de vigilancia. Por ahora, las restricciones a la plantación de patatas seguirán vigentes en los mismos términos.

En los concejos declarados como afectados no se podrá plantar hasta que no pasen dos años desde la última vez que se registraron polillas. En el mejor de los casos, hasta finales de 2019 la siembra estará vetada en los trece municipios. Actualmente en Asturias están colocadas más de 500 trampas que se revisan periódicamente. El mes pasado se localizó un insecto en una zona de Pravia.

La plaga obligó a la Administración a declarar los concejos de Tapia de Casariego, Coaña, El Franco, Navia, Valdés, Cudillero, Pravia, Muros de Nalón, Gijón, Vegadeo, Castropol, San Tirso de Abres y Taramundi como zonas afectadas donde está prohibido cultivar patata.

La Consejería declaró también zonas tampón de especial vigilancia los concejos de Santa Eulalia de Oscos, Villanueva de Oscos, Illano, Boal, Villayón, Tineo, Salas, Candamo, Soto del Barco, Castrillón, Llanera, Illas, Corvera, Avilés, Carreño, Gozón, Siero, Noreña y Villaviciosa, donde se permitirá plantar, aunque se deberá contar con autorización para la siembra. La polilla es una pequeña mariposa de un centímetro que vuela de noche.