Las mujeres, a pesar de su aparente vulnerabilidad, tienen a su alcance muchos recursos para defenderse de las agresiones. Con esa premisa, el Ayuntamiento de Noreña organizó un curso de defensa personal, impartido por Adolfo García Sanjuán, en el que un grupo de 23 mujeres de diversas edades aprendieron formas de reaccionar a posibles agresiones.

El instructor hizo hincapié, en primer lugar, en la prevención. A su juicio, "quien quita la ocasión, quita el peligro". Por eso, recomendó evitar situaciones propicias a la agresión, como atravesar zonas despobladas u oscuras, evitar discusiones al volante o rechazar contactar con desconocidos por internet.

Pero, aun así, incluso tomando todas las precauciones, las mujeres pueden ser objeto de intentos de agresión, y existen técnicas efectivas para hacerles frente. "Lo primero que hay que hacer es tratar de mantener la calma", sostuvo el monitor.

Y a partir de ahí, se puede hacer frente al agresor de muchas formas, que no tienen por que ser excesivamente lesivas, y para las que utilizó objetos muy cotidianos como el paraguas, un bolígrafo, incluso el teléfono móvil. El caso es saber cómo utilizarlo y qué partes del cuerpo del agresor son más vulnerables. También recomienda esprays homologados o alarmas de ruido.

Pero sin objetos, la mujer también puede defenderse con algunos movimientos básicos, entre ellos, un rodillazo en la entrepierna o un golpe con el talón de la mano en la nariz. Lo que buscaba el monitor con el curso (en el que las alumnas, además de aprender, disfrutaron enormemente) es convencer a las mujeres de que "no hace falta tener una forma física excelente ni una fuerza extraordinaria para defenderse!. Basta saber lo que se hace.