Este pasado jueves 22 de noviembre, durante la jornada eWoman Asturias, hemos podido escuchar las experiencias en primera persona de mujeres de éxito. Ha sido una vivencia muy inspiradora. Nosotros, el equipo de Cambyo, nos propusimos acompañar esos ejemplos de éxito invitando a todas las participantes a hacer una reflexión colectiva sobre qué es tener éxito.

Empezamos preguntándoles cuántas de ellas se consideraban personas de éxito. Fue una sorpresa ver que apenas cinco de ellas sí se consideraban mujeres de éxito. Nuestro reto era que todas las participantes se considerasen personas de éxito.

Nosotros apostamos muy fuerte por esta creencia y nos empeñamos en construir todo nuestro trabajo sobre ella, pues, a veces, cuando planteamos un reto, algunas personas miran a sus referentes inspiradores y se motivan a través de ellos, pero también, a veces, podemos boicotearnos y decir "ya, pero ella, ese referente, es una persona de éxito y yo no". Las etiquetas que nos ponemos a veces nos ponen palos en las ruedas. Nosotros, insistimos, creemos firmemente en que todas somos personas de éxito.

Propusimos a todas que mirasen como si fuera una ventana a través de una imagen que habían escogido previamente y se inspirasen para evocar una historia en la que ellas fueran las protagonistas y en la que hubieran logrado éxito. En un minuto todas tenían su historia. Cada una de esas historias es, por supuesto, una evidencia que afirma la creencia "yo soy una persona de éxito".

De todas formas, no todos los éxitos son iguales, la felicidad por haber alcanzado el éxito puede llevar unos ingredientes muy diferentes, y hay tantas recetas del éxito como personas y una infinidad de ingredientes posibles: para algunas personas conseguir éxito es conseguir confort, para otras, estatus, para otras es tener el afecto de la gente cercana, para otras significa obtener seguridad? y así hay una infinidad de ingredientes que pueden componer la receta del éxito de cada uno. "Yo a la mía le pongo creatividad", "Pues yo a la mía le pongo paz", "¿Ah sí? Mira, yo también".

Cada uno tiene su receta propia e intransferible. Descubrirla y aceptarla es sin duda una de las claves del éxito. Invitamos a todas las participantes a que, por equipos, compartieran con las demás sus historias de éxito e intentaran averiguar si había algún ingrediente común con el que escribiríamos la receta colectiva de la jornada eWoman Asturias 2018.

Estos son los ingredientes que lleva la receta colectiva del éxito para las participantes del evento:

La sensibilidad, por la calidez, referencia al hogar, la familia.

Humildad, para tener paciencia, afrontar cambios con valentía, tener ternura y no estar por encima de nadie y compartir.

Determinación, para tener firmeza en la toma de decisiones y cambios, y enfrentarse para después conseguir el reconocimiento, pese a sentir el frío del miedo previamente.

Superación, ante la dificultad al "caerse" y superarlo con esfuerzo, combinado con momentos agradables, sin dejar de lado la necesidad de compartir.

Resiliencia, como un germen en la tierra, que tiene vida, se renueva; entendiéndolo como metáfora del ejercicio de la libertad y la persistencia.

Libertad, porque las dificultades de la vida se encuentran en un hábitat que no es el nuestro, en el que aflora nuestro lado "patoso", y luego se puede levantar el vuelo.

Genética, entendido como familia y raíces que nos juntan en un mundo globalizado, después de haberse separado de los "nidos" de origen, para conservar los valores propios.

Positividad, para valorar la belleza y la sutilidad, y "soplar" las dificultades, manteniendo viva la niña que llevamos dentro.

Una receta colectiva es fundamental para que un equipo de personas llegue donde se propone. La propia receta de cada uno es una herramienta potentísima para construir un proyecto vital exitoso. Es por ello que, para finalizar nuestra intervención, invitamos a todas las participantes a pensar en su receta individual y que a partir de ahí determinarían el primer paso de un pequeño plan de acción que les permitiera empezar a crear su propia historia de éxito, otra, una más. Alguna de las participantes comentó, entusiasmada, que al día siguiente haría la dinámica con las integrantes de su equipo, de forma adaptada a sus necesidades, ¡qué satisfacción!

Al final de nuestra intervención volvimos a preguntar de nuevo quiénes se consideraban persona de éxito: ¡qué reconfortante comprobar que muchísimas más personas de la sala levantaron la mano!

Fue un verdadero placer reflexionar con todas las personas que participaron en el evento, y estamos absolutamente agradecidos a todas y cada una de ellas por compartir su historia, vida y experiencias. El éxito, real y auténtico, se transmitió en cada una de las palabras y emociones que se compartieron.

¡Muchísimas gracias a todas, personas de éxito!