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El primer matrono del HUCA nunca se sintió discriminado

"Poco importa que seas hombre o mujer", explica Carlos Nava

Carlos Nava.

Carlos Nava vino al mundo hace cuarenta y dos años y una matrona asistió a su madre en el parto. Pero años después, tras diplomarse en Enfermería, este leonés de Cabreros del Río decidió dar un paso más en su carrera, avanzar y especializarse. Carlos Nava quiso ser matrón, y fue precisamente en el Hospital Universitario Central de Asturias donde se formó y en el año 2011 se convirtió en el primero formado en el HUCA. "Lo que me gustó es que en mi trabajo la mayoría de las veces las cosas salen bien", explica este profesional, al que le gusta más achuchar "gatos que niños", pero los bebés "también me gustan". Carlos Nava trabaja en el Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea y nadie se sorprende de que sea él, un paisano, el que asiste al parto de muchas mujeres. Ni una vez ha sentido una discriminación de género, aunque reconoce que su profesionalidad juega en desventaja. "No con las matronas, sino con aquellas que han sido madres. Es como si un oncólogo trata a pacientes después de haber sufrido un cáncer, eso siempre es un plus", reconoce.

No se olvida Carlos Nava de aquel primer parto que asistió en el HUCA, justo comenzaba sus dos años de especialidad. "Jamás había visto un parto y le dije a la mujer que de ella dependía que siguiese formándome o no. La verdad es que se portó de una forma maravillosa, ¡y eso que era primeriza! Y ver nacer una vida de dentro de otra me hizo decirme a seguir adelante", recuerda con una sonrisa, la que se le dibuja cuando piensa en aquel primer parto que le removió las tripas y le convenció de que estaba en el camino correcto.

Sólo el 5 por ciento de los profesionles que trabajan en España son hombres. Una profesión que tradicionalmente siempre se ha vinculado a las mujeres, pero donde ellos también cuentan. "La gente lo que valora es que le prestes una buena atención, que seas profesional, y poco importa si eres hombre o mujer", concreta el leonés.

Un matrón o una matrona es el profesional que asiste aquellos partos que se desarrollan de forma natural y en donde no hay complicaciones. De haberlas, hay que contar con un ginecólogo, y el matrón en este caso asiste también, pero siempre bajo la supervisión del médico. Además, se encarga de la monitorización de la embarazada antes del parto. "La verdad es que lo primero que hacemos cuando una mujer llega de parto es comprobar que lo está. No es lo mismo tener contracciones que estar de parto, y muchas vuelven a casa, sobre todo sin son primerizas", concluye.

Pero pese a que la profesión de Nava tenga más luces que sombras, los días de duelo son durísimos. Las únicas caras que no olvida son las de aquellos padres que se han tenido que enfrentar a dar a luz a niños que, plenamente formados, fallecen de forma repentina en el útero de su madre. "Recibimos mucha formación sobre cómo acompañar a los padres en el duelo. Antes se procuraba no enseñar al bebé, ahora no, incluso se graban sus huellas para que sus padres puedan tener un recuerdo". Y ante semejante dolor, muchas veces incomprensible, porque las autopsias no revelan qué motivos han provocado la muerte de estos niños, Carlos Nava guarda silencio. "Nunca digo nada. No sabes qué decir", concreta. Y se hace el silencio.

Este matrón, que también asiste a las madres en la lactancia, tiene claro que su profesión es su vocación. Todo un lujo. Su genética no le permite ser madre, pero su amor por su trabajo le enciende los ojos y le remueve las tripas cuando el parto sale mal. Bata blanca para ellos. En la sala de partos no importa el género, importa la profesionalidad. Nava la tiene.

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