"Este día será muy feliz para Pin, esté donde esté ahora". Una emocionada Deisy Armijos agradecía con estas palabras ayer el cálido homenaje rendido por profesores y alumnos de la Universidad de Oviedo a su difunto marido, el geógrafo José Ramón Fernández Prieto. "Pin", como así era conocido en la facultad, falleció el pasado 31 de agosto a los 59 años tras luchar "en silencio" contra su enfermedad. Su adiós fue "imprevisto, rápido y digno", como señalaron sus compañeros de departamento, que esbozaron con cariño una singular personalidad. "Pin era ese tipo de personas anónimas sin las cuales la Universidad no podría funcionar", aseguró el profesor Felipe Fernández, que compartió con el homenajeado nada menos que 42 años. Prieto da nombre hoy al aula de informática de Geografía, a la que en vida dedicó tantas horas de trabajo. Su mujer Deisy descubrió la placa entre los aplausos de una treintena de testigos.

Según describieron sus colegas y alumnos, "Pin" era una persona sencilla, discreta y modesta. Un guía más que un examinador. Un universitario ejemplar y un tanto peculiar. Riguroso y exigente en su trabajo, aunque en los últimos años perdió rigidez. Era silencioso, huía de las multitudes y de los actos como el que le rindieron ayer. A veces parecía hermético y lejano. Era generoso y un excelente cartógrafo. Tenía una gran capacidad de trabajo y de innovación. En definitiva, su figura demuestra que "a las Humanidades todavía le queda humanidad", como expresó el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, José Antonio Gómez.

En el acto, celebrado en la sala de grados "Francisco Quirós Linares" de Geografía, intervino también el Rector, Santiago García Granda, quien recordó que su legado perdurará para siempre en la Universidad. Y en los corazones de profesores y estudiantes, como los del geógrafo Gaspar Fernández y el alumno Manuel Marqués. Fernández tuvo que para varias veces su discurso para contener las lágrimas. El docente recordó el primer ordenador de "ocho pulgadas y doble disquetera" que llegó a Geografía y cuyo funcionamiento tuvo que enseñar el propio Pin. Él fue también el artífice de unas de las primeras redes para conectar ordenadores dentro de la institución.

Discípulo de Francisco Quirós Linares y experto en las tecnologías de la información geográfica, José Ramón Fernández Prieto fue autor de numerosos mapas y planos de ciudades asturianas y españolas. "Aunque puede parecer que su labor investigadora fue menor, además de ser un gran cartógrafo, fue autor o coautor de más de una treintena de publicaciones", puntualizó el director del departamento de Geografía, Felipe Fernández. La última tesis que dirigió sobre la organización territorial en comarcas donde se abandonó la actividad minera se presentó la semana pasada. Pero, por desgracia, Pin no pudo estar; la enfermedad le venció antes.