Renfe tuvo que suspender ayer por segundo día consecutivo la circulación de los trenes entre Asturias y León. Si el lunes fue por una avería en una catenaria, provocada también por desprendimientos, ayer el motivo fue el riesgo de caída sobre la vía de un roca de "enormes dimensiones" situada entre dos túneles. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) prevé que el tráfico no se pueda restablecer hasta el jueves, inicio del puente festivo de la Inmaculada. Los pasajeros que se vean afectados, serán trasladados entre el Principado y la capital leonesa en autocares.

El tren Alvia 4141 salió de Madrid con destino a Oviedo y Gijón a las 14.50 horas. Todo discurría con normalidad hasta que llegó a la altura de Palencia, cuando por megafonía se anunció a los viajeros que pararían en León, donde no estaba previsto, y que continuarían el viaje en autocar, al estar cerrado Pajares por graves desprendimientos.

Adif explicó posteriormente que a raíz de la avería del lunes, provocada también por un desprendimiento, ayer se revisó toda la zona utilizando drones. Fue entonces cuando "se descubrió la inestabilidad que presentaba una gran roca, con riesgo de desprenderse y caer en las inmediaciones de la vía", señaló en un comunicado el organismo dependiente del Ministerio de Fomento.

Sin cálculos

Los trabajos se prolongarán previsiblemente dos días, para realizar las tareas de protección de la infraestructura, el desmontaje de la catenaria, y las operaciones necesarias para eliminar el riesgo que supone la roca y reforzar el terreno por seguridad.

El cálculo de cuántos viajeros se pueden ver afectados por esta nueva incidencia es difícil y Renfe no se aventura a hacer cálculos. Pero el lunes la suspensión del tráfico ferroviario entre Asturias y León desde las 07.00 horas del lunes hasta las 18.00 que se recuperó, afectó a unas 900 personas. Al coincidir además con los días previos al puente de la Constitución, se prevé que las cifras puedan superar los dos millares.