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"En Asturias es necesario un discurso político que nos levante el ánimo"

- Tanto mirar a Cataluña, ¿no estaremos menospreciando y perjudicando a otras comunidades, sobre todo a aquellas más pequeñas y con muy graves problemas económicos como es el caso de la asturiana?

-Son situaciones completamente distintas. No creo que se pueda hablar de marginación de comunidades autónomas, todas las autonomías se dicen marginadas. La marginación al final viene muchas veces reflejada por una cuestión presupuestaria, de ubicación de recursos y en la negociación que hay para repartir la tarta todos sabemos que una de las actitudes negociadoras es decir que nunca hemos recibido lo suficiente. Lo que creo es que en Asturias hemos tenido mala suerte con la forma en la que se industrializó el país y la región. Tuvimos unos periodos llamemos florecientes, pero a través de sectores que luego cayeron en crisis, no en Asturias sólo, en toda Europa. Los tiempos cambian. No tienen nada que ver con estar o no marginados. Hemos tenido buena suerte en el pasado y mala en estos momentos.

- Pero es evidente que algo no se ha abordado convenientemente en la región.

-Quizá nos ha faltado un mayor empuje para transformar eso que podríamos llamar la cultura industrial que había y hay en Asturias y proceder a unas modificaciones en el tejido empresarial. Probablemente esto no se nos ha ocurrido. Nosotros tenemos una dimensión pequeña y el tamaño también influye. Estamos hablando de economías de escala. Pero con todo, la sociedad asturiana ha mejorado mucho. En comparación a cuando yo era niño no reconozco ni Oviedo, ni Asturias ni a los asturianos. En conocimiento, en escolarización, en salud, incluso ahora en infraestructuras. Fue tardío, pero hasta en infraestructuras, aunque nos falta completar, sobre todo, el ferrocarril, y ello se ha logrado teniendo en cuenta cuál es la orografía asturiana y su población, que todo ello cuenta a la hora de decidirse las inversiones públicas. El salto de Asturias es incuestionable.

- ¿Y en el mundo empresarial, cómo estamos?

-Pues empresas asturianas no estatales, a las que no estábamos acostumbrados, están trabajando hoy fuera, exportan, innovan. Creo que es necesario un discurso político que nos anime, que nos levante el ánimo, que nos diga "¡claro que podemos!" La prueba la tenemos en que cuando salimos fuera montamos imperios. Al ser humano de vez en cuando hay que darle moral y estímulos personales, también a los grupos, sin perjuicio de que haya incentivos financieros o jurídicos que les permitan desarrollar una labor: arrancar y luego consolidarse. Nos podemos quejar de la situación en Asturias, pero hay que tener en cuenta que en los últimos años la del país tampoco es que haya sido muy floreciente.

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