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Dos millones de usuarios menos desde el traslado a Sanz Crespo

La sangría no se detiene. Cada recuento actualizado encuentra un nuevo fondo a las cifras de uso de los trenes de cercanías en Asturias y el último, ajustado al pasado septiembre, tampoco contradice la tendencia. La cifra no ha dejado de descender en diez años y la suma de los viajeros perdidos se acerca a los dos millones desde el fatídico 2011 en el que la estación de Gijón abandonó el centro de la ciudad para trasladarse a la ubicación supuestamente provisional de la calle Sanz Crespo y se ve perfectamente incluso cuando sólo se cuentan los usuarios de enero a septiembre. Los de este año superan a duras penas los 4,8 millones en la combinación de los 3,4 de Renfe con los 1,4 de la antigua Feve; en los mismos nueve meses de 2011, se despacharon 6,8 millones de billetes. Viendo esas cifras, que sobre todo en el ancho métrico se achacan a la pérdida de fiabilidad del servicio, quedan muy lejos los más de trece millones de usuarios que las dos redes sumaban a final de año en 2001 y que se cambiaron en 2017 por una cifra que no llegaba a siete.

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