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JOSÉ CARDÍN ZALDÍVAR | Vicepresidente del grupo El Gaitero, recibe hoy la medalla de oro de la Cámara de Comercio de Oviedo

"Las conexiones de Asturias son demenciales para las empresas"

"El sector de la sidra ha evolucionado más en los últimos años que en toda la historia; hay un amplio abanico de productos de altísima calidad con un gran desarrollo tecnológico"

José Cardín, ayer, en la sede de El Gaitero. L. MURIAS

El empresario José Cardín Zaldívar recibe esta tarde la medalla de oro de la Cámara de Comercio de Oviedo. La entidad que preside Carlos Paniceres distingue con este galardón la larga y brillante trayectoria del actual vicepresidente del grupo El Gaitero (Valle, Ballina y Fernández). Y muy especialmente su contribución a "la internacionalización de la marca Asturias" a través de la sidra. La sociedad, cuyos orígenes se relacionan estrechamente con la emigración asturiana a América de finales del XIX, se fundó el 24 de mayo de 1890. Hoy es líder nacional del sector sidrero.

- ¿Cómo valora la concesión de la medalla de oro de la Cámara de Comercio?

-Les agradezco mucho la gentileza que han tenido conmigo. Ahora bien, asumo la distinción no a título personal, sino como un miembro más de la sociedad Valle, Ballina y Fernández. En todo caso, es un premio a una generación que ha cubierto un proceso de transición en nuestra empresa familiar, en la que ya está trabajando la quinta generación y en la que la sexta ya le está cogiendo también afición.

- ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en El Gaitero?

-Llegué en 1982, cuando me cambié de profesión. Trabajaba como ingeniero naval en Bilbao y decidí volver a casa, a la empresa familiar. A lo largo de todos estos años he sido adjunto a la gerencia, gerente, consejero... Ahora estoy en la vicepresidencia.

- También pasó por la Cámara de Comercio que ahora le premia. ¿Cómo valora su labor en la entidad?

-En la Cámara participé como vocal y en su momento también formé parte del comité ejecutivo. Hubo momentos buenos y otros que no lo fueron tanto. Fueron años bastante duros desde el punto de vista del trabajo. Discutimos mucho, pero creo que, a pesar de ello, no hice enemigos y lo que sacó en claro es una satisfacción por haber contribuido al desarrollo de la entidad.

- En todo este tiempo ha sido testigo privilegiado de la transformación del sector sidrero...

-La verdad es que la sidra ha evolucionado más en los últimos años que en toda la historia. El cambio ha sido tremendo. Cuando yo me incorporé en 1982 era un sector cerrado en el que había una gran inquietud ante las nuevas tecnologías. Hoy somos empresas mucho más modernas en todos los sentidos, con un amplio abanico de productos de altísima calidad, con un gran desarrollo tecnológico y listas para afrontar los retos de futuro.

- ¿Que pasan por la internacionalización, sobre todo?

-La sidra ya salía de Asturias, y en grandes cantidades, a finales del siglo XIX. El mercado americano era importantísimo para nuestros antepasados hace más de cien años. Hoy las condiciones han cambiado, pero hay sidra de Asturias en numerosos puntos del mundo, con una variedad de productos de alto valor añadido. En este sentido, estamos en un buen momento para crecer y contamos con importantes perspectivas.

- ¿Qué ha supuesto lograr la denominación de origen para la sidra asturiana?

-Ha sido muy importante. Estuve en todo el proceso de puesta en marcha de la marca, en la que se cometieron errores que hemos conseguido subsanar. Haber logrado la denominación resulta fundamental para el futuro de la sidra y también para la manzana, a la que no debemos olvidar.

- ¿Es tan dura la competencia de los lagareros vascos?

-Podemos convivir. Yo suelo decir que la sidra vasca puede ser perfectamente una sección de la sidra española, que es fundamentalmente la asturiana.

- ¿Cómo valora la situación de las empresas asturianas en general?

-Tenemos un problema. Y es que en Asturias no valoramos lo nuestro en la medida de lo que vale. En la región hay un importante espíritu emprendedor. Gente con ideas muy buenas. Sin embargo, desde el ámbito político no hay un reconocimiento de lo importante que es la empresa para el desarrollo de Asturias. Y no me estoy refiriendo aquí a lo que podríamos denominar como la gran industria, sino, fundamentalmente, a las pymes y a las empresas familiares, que son las que dan continuidad y garantía. A nosotros, en concreto, se nos aprecia, creo que en muy buena medida porque hemos llevado el nombre de Asturias por el mundo desde hace muchísimos años. Sin embargo, en general, no veo que se atienda demasiado a las empresas ni que se tengan en cuenta las propuestas que hacen.

- La situación de las conexiones de Asturias tampoco les ayuda demasiado...

-Son demenciales para todos, también para las empresas. Si quiero ir de Villaviciosa a Madrid en tren no tardo menos de seis horas. Puede ser que desde Extremadura tarden todavía más, pero, desde luego, eso no puede ser motivo de consuelo. Y tampoco puede ser que el gobierno rebaje el precio de los peajes de las autopistas que han quebrado mientras sube el del Huerna. Hubo un presidente del gobierno de España que nos dijo que nos iba a quitar el peaje para salir a la Meseta, pero lo único que se quitaron fueron las barreras de Lena, dejando las de León.

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