Los hospitales asturianos pronostican que los efectos de la gripe les llegarán "en plena Navidad". Según este pronóstico, la epidemia tomará cuerpo un mes más tarde que en las dos temporadas anteriores, y la onda de incidencia se asemejará a la de hace tres años y algunos ejercicios precedentes. ¿Qué significaría esto? Que el pico de la curva de incidencia se registraría a lo largo del mes de enero. Con todo, los expertos reiteran lo que dicen siempre: "El comportamiento de la gripe es muy impredecible".

En los dos años anteriores, la gripe fue más madrugadora en el Principado que en el resto de España. En ambos ejercicios, la fase más agresiva de la epidemia se registró en el mes de diciembre. El efecto sobre los hospitales fue particularmente intenso en diciembre de 2016, cuando incluso se hizo necesario suspender intervenciones quirúrgicas por falta de camas. Los gestores sanitarios aprendieron la lección, modificaron algunas pautas organizativas, y en el invierno de 2017 fue menor el impacto de la gripe sobre la red hospitalaria, pese a lo cual fueron muy elevadas las cifras de casos graves y de muertos. Esta circunstancia indujo a las autoridades sanitarias a adquirir vacunas dotadas de una mayor franja de protección, que son las que se están aplicando en los centro de salud.

"Nuestra idea es que en los hospitales empezaremos a percibir la repercusión de la gripe a la vuelta de diez o quince días", declaró ayer a este periódico Luis Antuña, director del área de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El pasado lunes, el complejo sanitario ovetense atendió a 370 pacientes por vía urgente; anteayer, martes, a una cifra inferior.

Estos números son indicativos de "una situación tranquila", señaló el doctor Antuña. El área de Urgencias del HUCA tiene reforzada su plantilla desde el inicio de esta semana. Además, el hospital ovetense cuenta con el apoyo del Hospital Monte Naranco, que ya tiene abierta parte de una planta que en los inviernos destina a pacientes de edad avanzada que requieren atención hospitalaria pero que no demandan una tecnología o una intensidad de cuidados como la que ofrece el Hospital Central.