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Los bastones solidarios cumplen un año

Un grupo de mujeres con cáncer de mama celebra, con una caminata hasta el HUCA, el aniversario de una actividad que les aporta "salud, amistad y bienestar psíquico"

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Participantes en la convocatoria de marcha nórdica del HUCA

La iniciativa ha llegado "mucho más lejos" de lo que nunca habían imaginado sus promotoras, quienes han logrado formar algo que se parece a "una segunda familia". Quisieron probar algo nuevo y han obtenido un éxito impensable. Ayer se cumplió un año del inicio de un taller de marcha nórdica para mujeres con cáncer de mama impartido en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Surgida intramuros, la actividad ha derribado fronteras, ha invadido el Campo San Francisco de Oviedo y, desde el pulmón verde de la capital del Principado se ha expandido a la pista Finlandesa y a la senda de Fuso. Y el fenómeno no hace más que crecer.

El primer cumpleaños fue celebrado ayer mismo con un recorrido novedoso: salida del Campo San Francisco, llegada al HUCA. En una mañana desapacible y con viento cortante, nueve valientes se enfundaron varias capas de ropa de deporte y, a las doce del mediodía, emprendieron la caminata urbana. En el recinto hospitalario las esperaban, entre otras, Margarita Fuente, presidenta en Asturias de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), y Eva Pérez, enfermera responsable del Hospital de Día de Oncología del HUCA, impulsoras iniciales del taller.

"Le gente está encantada con esta actividad", subrayó Isabel García-Bernardo, procuradora de profesión y artífice de las salidas semanales. Minutos después de llegar al complejo sanitario de La Cadellada, rememoró lo sucedido hace un año en un pasillo del HUCA, cuando una docena de entusiastas empuñaron los bastones y empezaron a experimentar lo que ellas denominan "la magia" de estas herramientas que las han propulsado a territorios de "salud, bienestar psíquico, amistad y solidaridad".

"El proyecto ha ido creciendo paso a paso, y ha llegado mucho más lejos de lo que pensábamos", corroboró Eva Pérez. Las participantes destacan el entusiasmo de esta enfermera, y ella no lo niega: "Viendo estos resultados, es un orgullo levantarte cada día para ir a trabajar". La idea ha quedado finalista en los premios "Hospital Optimista", de ámbito nacional.

El taller gestado en el HUCA, de periodicidad mensual, se ha convertido en una cita semanal: todos los miércoles en el Campo San Francisco se congregan unos 50 participantes, mujeres en su inmensa mayoría, y se dividen en cuatro grupos en función de su nivel técnico. Unas han sufrido cáncer de mama u otro tipo de tumor. Otras se han sumado para aportar compañía y aliento. Entre estas últimas figura María Antonia (Toñina) de Manuel. "Además de que sientes que haces una buena labor, nos lo pasamos estupendamente, hacemos ejercicio, hacemos amigos, quedamos para tomar algo... Son todo ventajas", explicó.

Los bastones tienen una repercusión física patente: caminando se activa el 50 por ciento de la musculatura; con la marcha nórdica, se mueve el 90 por ciento. Por eso se trata de un ejercicio beneficioso para cualquier persona, pero de forma especial para las mujeres que han pasado por el cáncer de mama, han sido operadas, les han quitado los ganglios de la axila y se ven amenazadas por esa indeseable hinchazón del brazo denominada linfedema.

Isabel García-Bernardo sí conoce en primera persona el cáncer de mama. Es una de esas personas que irradia optimismo, alegría de vivir y una singular capacidad de liderazgo. Rechaza personalizar el éxito de una iniciativa en la que ha contado con el apoyo incondicional de dos amigas, Ana Fernández y Ana Ferrer. Ella destaca el papel de la Asociación Española Contra el Cáncer. Margarita Fuente, presidente regional de AECC, admite que "hace un año no nos imaginábamos que esta iniciativa iba a tener tanto impacto". Y apostilla: "Creemos que va a ir a más".

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