El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra aseguró ayer que el presidente asturiano, Javier Fernández, "demostró ser un estadista auténtico" cuando, como presidente de la gestora del PSOE, propició la abstención de los socialistas para que gobernase el PP y evitar así unas terceras elecciones. "El liderazgo no hay tienda donde comprarlo" y "gobernar es decir sí y decir no, y establecer un listado de prioridades", aseguró Guerra. A su juicio "hoy en día no es así", por lo que resaltó que cuando se repitieron las elecciones en 2016 "ser líder fue decir me voy a abstener".

Alfonso Guerra, que participó en una mesa redonda en el marco de unas jornadas por el 40 aniversario de la Constitución, celebradas en la Casa de la Provincia en Sevilla, defendió en las mismas declaraciones aplicar "indefinidamente" el artículo 155 en Cataluña "hasta que vuelva a cumplirse la legalidad", al tiempo que consideró "un error gravísimo" poner un límite temporal, porque el límite "es cuando vuelva la legalidad y hay que hacerlo controlando el dinero, la educación y los medios de comunicación", insistió.

"El consenso es el catálogo de renuncias que tienen que hacer todos los partidos para poder llegar a un acuerdo", subrayó Guerra, que criticó que algunos digan ahora que renunciar a aquellas cosas que hubo que renunciar "fue una traición, cuando en realidad es una hazaña de la que sentirse orgulloso". "El ser humano tiene más pasión por adquirir lo que no tiene que por disfrutar lo que tiene, y eso ocurre también con la Constitución, en lugar de disfrutarla y desarrollarla, se ponen en contra", aseveró.

"Ahora hay zapadores de la Constitución que la quieren destrozar". "Hay 90 diputados en el Congreso que la quieren destruir, que son los nacionalistas y los de Unidos Podemos", aseguró.