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La FP, "poca práctica y mucha teoría"

Los mejores estudiantes de la Formación Profesional, en su mayoría ya licenciados, piden "más facilidades" para compaginar clases y trabajo: "Debería condensarse el temario"

La Formación Profesional (FP) es una prioridad tanto para políticos como para empresarios, pero el sistema actual defrauda a los alumnos más brillantes. El trabajo práctico en los módulos asturianos es "bastante deficiente", según aseguran los dieciocho premios extraordinarios de grado superior del curso pasado, concedidos por la consejería de Educación y Cultura. "En cuanto a conocimientos prácticos hay bajo nivel y le dedican poco tiempo pese a ser muy importante", confiesa María del Carmen Rincón, ovetense de 47 años, que tras licenciarse en Química y trabajar varios años en la Universidad de Oviedo y el HUCA quiso "reciclarse" y ampliar su formación con un ciclo de Laboratorio Clínico y Biomedicina.

El langreano Alejandro Gutiérrez coincide en la crítica: "Que yo haya sido premio extraordinario trabajando, con una vida aparte y 36 años ya muestra el nivel educativo tan bajo que hay. Está poco orientado al trabajo práctico y luego llegas a una empresa y no sabes hacer nada". Gutiérrez es licenciado en Historia y decidió hacer un FP sobre animación sociocultural porque su trabajo en un centro terapéutico en adicciones, en Pravia, se lo requería. La mierense Lucía Fernández, de 31 años, también hizo un módulo sobre Obra Civil "poco práctico" cuando "lo que esperas es menos teoría y más actividad aplicada a la empresa". "El nivel es bastante bajo", dice esta ingeniera de minas, que optó por la FP para encontrar un trabajo. Ahora entró en un plan de empleo en Aller.

"Más facilidades para compatibilizar las clases con las obligaciones laborales" es lo que pide Borja Coto, premio extraordinario en el grado superior de Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria. Y es que este ovetense de 37 años, que se matriculó en la formación profesional para tratar de prosperar en su carrera laboral, asegura que sufrió de lo lindo para compaginar sus estudios con el trabajo. Además, Coto considera que debería condensarse más el temario: "Hay más materia de relleno que realmente importante". Una visión similar mantiene Sara Fernández, de Química Ambiental. Considera que falta cierta motivación entre el cuerpo docente y que donde realmente se aprende es en las prácticas, obligatorias en segundo curso. "Es la parte más importante del aprendizaje", destaca la moscona de 31 años. Margarita Fernández, del grado de Transporte y Logística, también ensalza la importancia de estas prácticas. "Son la mejor oportunidad para promocionarse en una empresa", destaca la bióloga mierense de 36 años.

Pese a las deficiencias, los mejores expedientes recomiendan la Formación Profesional como salida laboral. La mayoría, de hecho, son licenciados, como el gijonés Miguel Collada, que estudió en Langreo el ciclo de Sonido para Audiovisuales y Espectáculos para completar su formación en Ingeniería Electrónica. Emilio Esteban cursó el ciclo de Programación de la Producción en Fabricación Mecánica y con 21 años ha empezado otro más de Automatización y Robótica Industrial. María Ángeles Ortiz acabó con éxito el grado superior en Estética Integral y Bienestar en Mieres, aunque ahora ha decido "cambiar el rumbo" y opositar. Sara Bousoño Vizcaíno realizó el ciclo superior de Asistencia a la dirección de la rama Administración y Gestión y actualmente compagina dos empleos. Por un lado, trabaja en la empresa en la que hizo las prácticas -"estoy interina, me llaman para cubrir vacaciones y bajas", dice- y, por otro, lleva la contabilidad, gestión, compras y atención a los clientes de un negocio propio. "Estos estudios son polivalentes, valen tanto para una empresa grande como para otra pequeña, he aprendido mucho y me han venido muy bien", concluye.

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