El viernes de la semana pasada, un preso estuvo a punto de herir a un funcionario con un "pincho" casero cuando lo cacheaba en la enfermería de la cárcel. El pasado lunes, otro preso se resistió a un cacheo y terminó causando lesiones a un funcionario en dos dedos de la mano izquierda. Demasiados ataques seguidos en una cárcel que acumula 35 agresiones a funcionarios en los últimos dos años. Una veintena de trabajadores se ha manifestado este mediodía ante el teatro Campoamor para exigir el fin de las agresiones y que se retome la negociación del convenio interrumpida por el Ministerio del Interior, que ha motivado ya varias jornadas de huelga e incluso lo que Instituciones Penitenciarias denuncia como una huelga encubierta en algunos centros,como el del Albolote, en Granada, donde, de los 42 trabajadores encargados de funciones de vigilancia, un total de 39 trabajadores cogieron baja por enfermedad.

Joaquín Alonso, de Acaip, negó que esta huelga encubierta esté teniendo lugar, y achacó a la elevada edad de las plantillas, 56 años en el conjunto del país, el alto número de bajas. Alonso, que habló en representación de los manifestantes ( Acaip, CC OO, UGT y CSIF), indicó que el Gobierno "se niega a negociar con los sindicatos absolutamente nada", y vaticinó que las movilizaciones continuarán. Aparte de subidas salariales, los funcionarios piden más medios, más personal y consideración de autoridad para frenar las agresiones constantes de las que son objeto.