Un estanco gijonés del barrio de Roces, en Gijón, sabe que uno de sus clientes tiene en su casa un décimo de la máquina de su establecimiento premiado con 50.000 euros. Pero el tercer premio del sorteo de Navidad no es el único ni el más importante en la memoria de Chiti Fernández, propietaria del local de la avenida Salvador Allende. "Yo hace unos días le di a un cliente un boleto que acabó con 25.000 euros de premio. Dimos el gordo de la Primitiva, un quinto premio de Navidad y varios más pequeñitos. Los estancos también damos dinero", explicó. Una de sus empleadas, María Corrales, aseguró que es precisamente su función como estanco lo que les impide repartir todavía más premios. "La gente sigue pensando que para comprar lotería de Navidad tienen que ir a un puesto de los oficiales y comprar el décimo físico, el del diseño bonito. Piensan que así van a tener más suerte. Pero cualquier décimo sacado en cualquier máquina puede tocar", comentó. Fue Corrales la que tuvo que hacer frente ayer al revuelo cuando en la pantalla del local apareció como premiado su número: el 04211. Fernández llegó después, a última hora de la mañana, y se enteró, según entraba por la puerta, que uno de sus clientes se había hecho con el pellizco. No sabe quién es ni cree que el afortunado lo confiese jamás pero aplaudió, eso sí, lo "repartido" que cayó el Gordo este año: "Se nota que fue un número vendido en máquina, por eso hay premiados en tantas ciudades. A ver si así la gente se conciencia de que comprar décimos de máquina también sirve".