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La suerte en directo

Esta vez no hizo falta correr al punto de venta de un premio del sorteo: mientras se celebraba uno, la fortuna sorprendió de nuevo en el Kiosko de Juan de Cangas del Narcea

Fátima Fernández y María Dolores Yáñez, ayer, tras la ventanilla del Kiosko de Juan de Cangas del Narcea, en el momento en el que recibieron la noticia de que habían vendido otro premio más del sorteo de Navidad. DEMELSA ÁLVAREZ

La plaza Mario Gómez de Cangas del Narcea había vuelto a la calma poco antes del mediodía. Fátima Fernández, titular del Kiosko de Juan desde hace dos años, y su madre, María Dolores Yáñez, despachaban a los clientes que se iban acercando a la ventanilla con una gran sonrisa y explicaban a cada uno de ellos con orgullo que habían vendido un décimo premiado con un quinto, que ya había salido antes de las diez de la mañana.

No habían tardado en colgar en la vitrina de su puesto el cartel que lo anunciaba, muy importante para ellas porque era la primera vez que Fátima Fernández repartía suerte con el sorteo de Navidad.

Así las cosas, estaba entusiasmada, eufórica. Cuando ya estaba recomponiéndose de la grata sorpresa y retomando el ritmo habitual, otro susto de los que gustan. Porque la suerte volvió de nuevo. Y esta vez en forma de cuarto premio.

La quiosquera fue incapaz de contener las lágrimas mientras la delegación de Loterías y Apuestas del Estado se lo confirmaba al teléfono. Ésta vez no hizo falta esperar por los medios de comunicación ni a estos les hizo falta correr hasta un punto de venta. LA NUEVA ESPAÑA estaba ya allí para ver cómo le llegó la suerte en directo a Fátima. La sorpresa fue mayúscula. La de todos. En cuestión de dos horas el Kiosko de Juan se había colado en el sorteo navideño por partida doble.

"Era un número muy feo, con tres sietes seguidos, me acuerdo de venderlo", repitió Fátima al teléfono. Su madre María Dolores Yáñez celebró la suerte con el cliente al que despachaba en ese momento. "Es nuestro año", gritaba.

Abrazos, bailes y más lágrimas se sucedieron una vez colgado el teléfono y atendido el cliente. Madre e hija no se lo podían creer y su alegría pronto hizo que a la plaza regresase la algarabía. Allí se fueron parando los curiosos y vecinos, que retomaron su camino con cierta decepción al descubrir que la suerte tan sólo había sonreído en Cangas del Narcea a través de dos décimos, aunque suficientes para las loteras, encantadas de poder llevar la fortuna a dos casas estas navidades.

Después de la euforia del momento, Fátima Fernández aseguró que al ver salir el 67774 se dio cuenta de que había pasado por sus manos e incluso que sus compradores habían estado a punto de rechazarlo. Del quinto premio, del 29031, no tenía recuerdo.

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