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Así es el "grado abierto" que anhela la Universidad asturiana

Treinta alumnos cursan en la Pompeu Fabra una titulación previa a la especialización con materias "a la carta" de ciencias y letras

Aunque el proyecto está aún "en fase embrionaria", la Universidad de Oviedo trabaja para implantar en Asturias el revolucionario "grado abierto". Una titulación a la carta, en la que los alumnos diseñen su propio itinerario formativo con asignaturas de cualquier rama del conocimiento, ya sean ciencias o letras. Esta flexibilidad en los estudios está muy extendida en sistemas universitarios de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, sin embargo, en España las experiencias son pocas. La Pompeu Fabra de Barcelona fue la primera en poner en marcha hace cuatro años un "grado abierto", que en la actualidad cursan 31 estudiantes. Este modelo, defienden sus responsables, se inspira en un "entorno laboral cambiante" y está orientado a jóvenes de 18 años "con buen rendimiento académico" que no tienen claro en qué especializarse. La Universidad Carlos III de Madrid también aplica esta filosofía, pero de forma más limitada.

En el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, indican fuentes de la secretaría de Estado de Universidades, "no hay postura oficial de momento -sobre la titulación "abierta"-, salvo lo que marca la ley en el sentido de que los grados tienen que ser generalistas y deben ser verificados por las Agencias de Calidad y Acreditación". Precisamente el Rectorado de la Universidad de Oviedo advirtió recientemente que el modelo tiene "gran futuro" pero su lanzamiento es "difícil" por la "rigidez" de la normativa universitaria española y los filtros que deben pasar las nuevas titulaciones. Sin embargo, la coordinadora del Grado Abierto de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Pilar Medina- Bravo, asegura que en su caso "no ha habido mayor problema" para que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) diese el visto bueno a los nuevos estudios en 2014. "Es una entrada a la universidad absolutamente formal, seria y académica", destaca.

¿En qué consiste el "grado abierto"? Básicamente, en una formación multidisciplinar como paso previo a la especialización. Ya lo dijo la vicerrectora de Acción transversal y Cooperación con la Empresa de la Universidad de Oviedo, Eugenia Suárez: "No tiene sentido especializarse a los 17 años". Y no sólo eso: muchos jóvenes no saben en qué grado matricularse cuando finalizan el Bachillerato. "El grado recoge una inquietud de los propios estudiantes. Muchos llegan a la Selectividad Eso no hay que verlo como un problema, sino como una oportunidad", apunta Pilar Medina- Bravo. Una oportunidad para adquirir durante un año conocimientos de múltiples áreas. La titulación de la Pompeu Fabra incluye veinte: desde Administración y Dirección de Empresas, Biología y Ciencias Políticas hasta Comunicación Audiovisual, Derecho e Ingeniería Informática.

El primer curso empezó con 20 alumnos y en el pasado se llegó a 42. No obstante, la coordinadora explica que este tipo de estudios tienen que ser diseñados para grupos reducidos, porque las dificultades administrativas y logísticas son enormes. "Hace falta mucha coordinación entre secretarias. Están manejando expedientes de alumnos que en verdad no pertenecen a ningún grado pero sus notas tienen que estar listas", reflexiona.

El Grado Abierto de la Pompeu Fabra, en el que podría inspirarse la Universidad de Oviedo, dura por norma general un año, aunque existe la posibilidad de alargar la experiencia el curso siguiente durante un trimestre. Después, los estudiantes deberían elegir una carrera específica. El perfil de alumno suele ser un joven indeciso, que duda entre dos o tres carreras. Durante ese primer año cursaría entonces asignaturas de ambas especialidades y también tendría la posibilidad de introducir cambios a lo largo de su formación. Pilar Medina- Bravo pone un caso: "Una chica empieza con Ciencias Políticas y Comunicación Audiovisual, pero a mitad de curso descarta la segunda y decide probar Publicidad". El abanico de posibilidades es infinito. Los alumnos cuentan con el apoyo de un tutor académico y también de un mentor, que es un estudiante de un curso superior que ya ha elegido especialidad y ha pasado por el "grado abierto".

Según confiesa Medina- Bravo, "los jóvenes están cambiando pero los padres no". "Hay muchos que todavía preguntan: ¿Y si mi hijo ha perdido un año? Yo siempre les contesto que nunca es una pérdida, están recibiendo formación académica de distintas áreas. Eso es un valor añadido que el día de mañana tendrán que defender en el mundo laboral", expresa. Además, es una formación "exigente" en cuanto a conocimiento y desplazamiento, ya que los matriculados tienen que moverse por distintas facultades y campus. La universidad catalana dispone asimismo de un título propio, llamado "Minors", para los alumnos que consiguen reunir 30 créditos de una especialidad diferente a la suya. Es decir, "con el grado abierto pueden llegar a tener hasta 16 créditos de otra disciplina. Y damos la posibilidad de que en los años siguientes se matriculen en asignaturas de aquella carrera que descartaron", detalla.

Aparte de la Pompeu, la Universidad Carlos III de Madrid tiene "grado abierto", aunque es más limitado: no se puede elegir entre carreras de cualquier facultad, sino que se restringen a itinerarios concretos. Uno es de carreras de Ingeniería y otro, de Ciencias Sociales y Humanidades. Es decir, no rompe con la tradicional separación entre ciencias y letras, que es uno de los objetivos que se marca la universidad asturiana con este modelo. Por su parte, la Autónoma de Barcelona ofreció el pasado curso -en éste ya no lo hay- un "grado abierto" para Lenguas y Literatura.

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