Todo apuntaba a que el doctor Eduardo Murias podría celebrar la cena de Nochevieja con su familia. Sin embargo, a las diez y media de la noche sonó su teléfono: dos ictus de una sentada. Dos pacientes con infarto cerebral que estaban siendo trasladados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), uno de ellos desde el hospital gijonés de Cabueñes.

Al doctor Murias y a los enfermeros María Jesús Cuenca, Ana Navarro y Santiago Da Costa se les había terminado la cena casi antes de iniciarla. "Es lo que sucede cuando estás de guardia localizada", explicó el médico, especialista en neurorradiología intervencionista del complejo sanitario de Oviedo.

Uno de los dos pacientes fue tratado con fibrinolisis intravenosa, un fármaco que aplican los neurólogos. Se introduce por la vena y disuelve el coágulo. Al otro paciente se le aplicó una trombectomía mecánica, procedimiento que llevan a cabo los neurorradiólogos que están de guardia localizada. "Con este paciente, hemos duplicado el número de enfermos tratados por nosotros el año anterior", indicó el doctor Murias.

La trombectomía mecánica sólo se practica en el HUCA. Emplea un catéter y utiliza unos dispositivos que se parecen a un "stent" (muelle) de los aplicados a alteraciones del corazón, que en este caso rompen el trombo. Tras las intervenciones, los dos pacientes fueron conducidos a la unidad de ictus del HUCA.

A casa, y vuelta

Sobre la una y media de la madrugada, los miembros del equipo pudieron por fin comer las uvas. Los anestesistas y los neurológos están en el hospital de guardia presencial. Los enfermeros y el doctor Murias pudieron volver a sus casas y a su guardia localizada. Por pocas horas.

De nuevo fueron movilizados en la mañana de ayer. La causa: dos pacientes con hemorragias cerebrales que habían sido ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del HUCA. Y mientras estaban tratando esas dos hemorragias cerebrales con fibrinolisis, los especialistas fueron llamados por un tercer ictus isquémico que trataron con trombectomía mecánica -el primero del nuevo año- y que acto seguido fue llevado a la unidad de ictus del Hospital Central de Asturias. "No es excepcional, pero sí infrecuente que en tan pocas horas nos lleguen cinco ictus", señaló Eduardo Murias.