El primer asturiano que ha llegado al mundo este nuevo 2019 se llama Mauro, ha pesado 2,340 kilos, tiene sangre canguesa y riosellana y decidió adelantar su llegada al Hospital Comarcal del Oriente, el Grande Covián de Arriondas, para darles una gran sorpresa a sus padres.

Y es que Rubén González y Cristina Bárbara, residentes en la localidad de Margolles (Cangas de Onís), esperaban al que ya es su primer hijo para el próximo 21 de enero. Sin embargo, Mauro no ha podido resistir la tentación de convertirse en el primer bebé asturiano del nuevo año y nació durante la madrugada del día 1 de enero, concretamente cuando pasaban 43 minutos de la medianoche. "Llevo ingresada desde el domingo, pero no lo esperábamos porque todavía quedaban tres semanas", cuenta Bárbara, la orgullosa madre. Por su parte, González confiesa que vivió el proceso "un poco nervioso", pero ambos se muestran encantados de poder abrazar ya a su hijo.

Sobre el parecido entre el pequeño y sus progenitores, confiesan que de momento no hay consenso. "Ya dijeron de todo, hay quien dice que se parece más a mí y otros que al padre, pero ahora cambian mucho de un día para otro", cuenta Bárbara. Eso sí, en lo que ambos coinciden es en que, al menos de momento, es "muy bueno".

Alejandro no dio tiempo a sus padres, Rubén Estrada y Noelia Iglesias, a comer las uvas. Con las campanadas empezaron las contracciones más fuertes y a las 01.28 horas vino al mundo. "Es un principio de año inolvidable", aseguraba una ilusionada mamá primeriza desde el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Sira también nació en el centro hospitalario ovetense. Pero esta pequeña sí dejó que sus papás, Víctor Borja y Patricia Solís, comieran las uvas, aunque con la última campanada tuvieron que ponerse en marcha, y a las 03.24 horas nació. "Se portó muy bien, supo esperar", afirmó divertido su padre. Su hermana, de dos años y medio, ya fue a conocer a la pequeña ayer por la mañana. "De momento parece que todo va bien. No hubo shock", señaló Víctor.

El gas de la risa

El primer niño que ha visto la luz del año nuevo en el Hospital de Cabueñes se hizo de rogar. No porque naciera tarde (lo hizo a las 11.17 horas), sino porque sus padres lo esperaban para el pasado día 18 de diciembre. Al final, "ingresamos el domingo y hasta hoy no ha llegado", explicaban Sara Álvarez y Víctor Cortijo con el pequeño Alberto Cortijo al fin en brazos: 3,970 kilos y 52 centímetros de felicidad concentrada.

"Fue un proceso largo y doloroso; primero no pudieron ponerme la epidural porque no había dilatado lo suficiente, después porque había dilatado demasiado", explicaba la mamá exhausta, después de apañarse con el óxido nitroso que ha empezado a dispensar Cabueñes, el conocido como gas de la risa. "Aunque yo reír, no me reí nada", aseguraba.

Junto a ellos, y con apenas veinte minutos de diferencia, descansaba el segundo gijonés del año, Walter Joaquín Viña. Es el segundo hijo de Luz Benítez, y en su caso el parto fue "mucho más fácil que el de mi compañera".

El Hospital Universitario San Agustín de Avilés registró dos partos en la primera madrugada de 2019. Anzu nació a las 02.25 horas, y Mael, cinco minutos después.

El primer bebé del año en la comarca suroccidental es un niño de Cangas del Narcea. Hugo Menéndez Díaz nació por cesárea, a las 14.30 horas, en el Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa, pesó 2,830 kilos y midió 48,5 centímetros.

También el Hospital de Jarrio vivió ayer su primer nacimiento del año. El recién llegado es Máximo Méndez Méndez, de Miudes (El Franco), y nació a las 19.07 horas de parto natural. Pesó 3,185 kilogramos y midió 52 centímetros, hijo de la tapiega Sofía Méndez y el franquino José Ignacio Méndez, "Mesneiro".