Asturias es la región española con más kilómetros de vía ferroviaria por habitante, 6,6 por cada 10.000, pero usa el coche para cuatro de cada diez desplazamientos por los concejos de su centro urbano. El error de sistema que esa y otras paradojas ponen en evidencia asoma por detrás del plan de movilidad para el área metropolitana que el Principado desmenuzó ayer y que prevé sacar este mes al debate público previo a su aprobación. El propósito sitúa en la diana del año 2030 la necesidad de hacer descender el uso del vehículo privado desde el 39 por ciento estimado para el escenario actual a un lugar próximo a la mitad, al 22,5 por ciento en 2030. Eso supone activar un "trasvase" que tal y como lo presentó ayer el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, reste 400.000 desplazamientos diarios al coche en favor de modalidades más sostenibles, fundamentalmente del transporte público en tren o autobús y de los "itinerarios ciclopeatonales".

Para buscar ese objetivo en ese horizonte, la administración autonómica ha programado una batería de medidas que le obligan a convencer a otras administraciones, a empresas y agentes del sector del transporte de la conveniencia de poner las condiciones para que de aquí a once años tres de cada cuatro desplazamientos por el eje central asturiano usen "modos sostenibles". Hablan de ampliar la red de carriles bus y bici, de reducir espacio al coche en las ciudades o en determinadas carreteras y de un extenso catálogo de intenciones que incluyen la desincentivación del uso del automóvil mediante la ampliación de la superficie de los aparcamientos de pago en los centros urbanos o la equiparación de la tarifa "como mínimo" a la del transporte público.

Todo eso debería ayudar a hacer que el desplazamiento "sostenible" superase en 2030 el 76 por ciento. Hoy, según el estudio que acompaña al plan, a duras penas supera el sesenta. Se calcula, tras analizar 39 municipios que concentran el 88 por ciento de la población asturiana, que al día se hacen 2,4 millones de desplazamientos en el centro de la región, que cerca del millón (casi 936.000) van en coche y que pese a su enorme potencialidad el tren es el método motorizado menos preferido (25.983) por detrás del autobús (179.115). El reto concreta y quiere sacar 400.000 viajes diarios del coche privado, teniendo en cuenta además que 244.500 de ellos tienen una alternativa de transporte público que no se utiliza. El gran desafío, nada fácil, consiste en hacer que ésta sea atractiva y competitiva frente al coche.

A la pregunta por el cómo, el Principado responde con una tormenta de ideas que suman una inversión de al menos 30,3 millones de euros en infraestructuras, que juntarían aportaciones de distintas administraciones y necesitarían además 9,3 en gastos anuales de explotación y una necesidad ineludible de implicar en su desarrollo a los ayuntamientos, al Estado y a todos los agentes que operan en el sector del transporte. En el escenario ideal de la movilidad sostenible, tal y como ayer lo dibujó Fernando Lastra, hay carriles bus en amplias zonas de las ciudades, aparcamientos disuasorios en las estaciones de ferrocarril -gratis para usuarios del tren-, más velocidades en los trenes y más frecuencias en el ferrocarril y el autobús, líneas de una y otra modalidad mejor conectadas, accesibilidades perfeccionadas en centros hospitalarios, comerciales e industriales y algo que la jerga del plan llama "ejes cívicos" y que serán "plataformas para el tránsito a pie y en bicicleta que discurren paralelas a las vías de tráfico" entre el centro de las ciudades y sus periferias.

El plan nace en paralelo a las actuaciones ya previstas en sus "hermanos" de mejora de las cercanías (2017) o de infraestructuras para la movilidad, el PIMA de 2015. Por eso hay dotaciones económicas ya previstas en esos documentos previos que no se incluyen en la letra de éste, fundamentalmente la ampliación con tercer carril de la autopista "Y" o la conexión de ésta con la AS-II mediante el enlace de Robledo, pero de las que sí se consignan es la más cuantiosa la dotación de "ejes cívicos" para mejorar la movilidad a pie o en bicicleta en las ciudades del centro, justo por delante de la habilitación de amplias redes de carriles bus en los grandes ejes urbanos.

"Ni fácil ni barato"

El plan dedica un espacio al incentivo de la bicicleta, el autobús y el tren y otro no menos amplio a las acciones disuasorias de la "guerra" contra el coche. Se plantean hasta doce servicios más al día en algunas líneas ferroviarias, con frecuencias de hasta veinte minutos, y trayectos de autobús "exprés". En las ciudades, el planteamiento dice que "no puede ser que aparcar sea fácil y barato en los centros urbanos", o así lo justifica el responsable del diseño del plan, Ricardo Jorquera, y apuesta por ampliar "lo máximo posible" las áreas de aparcamiento regulado sobre todo en Oviedo, Gijón y Avilés a precios "como mínimo" iguales a los del transporte público. Se incita además a obtener "del aparcamiento en calzada" el espacio que se necesite "para el peatón y la bicicleta" en los cascos urbanos y se menciona la necesidad de "regular y limitar la oferta de aparcamiento asociada" a equipamientos como hospitales y centros comerciales o culturales, invitando a "regular" (cobrar) por aparcar en las zonas industriales.

El plan asocia a todas estas medidas el propósito de reducir las emisiones contaminantes en torno a un treinta por ciento y la intención de conseguir, dice Lastra "un trasvase del transporte individual, menos sostenible, más contaminante y peligroso, hasta el colectivo público", que ha de ser "cómodo, rápido, con frecuencias coordinadas y una conectividad adecuada". El éxito dependerá en buena medida de la capacidad de implicar a las otras administraciones, o de coordinar este plan con los municipales que ya están en marcha. De momento, según el consejero de Infraestructursa, "las reuniones con Oviedo y Gijón han sido satisfactorias" y el propósito es extender esa colaboración siempre "con el planteamiento que aquí se propone y al que espero que se le dé una dimensión metropolitana". El plan saldrá este mes y durante sesenta días a información pública.

Las propuestas de la movilidad "sostenible"

Vías para pedalear o andar del centro a la periferia y ciudades para peatones

Para incentivar el movimiento en bicicleta o a pie, el plan de movilidad baja al detalle proponiendo "ejes cívicos", para pedalear o caminar, paralelos a la vía que lleva de Avilés al centro comercial Parque Astur y a Salinas, o un "eje peatonal" del centro de Oviedo a Lugones, pasando por Los Prados. Plantea nuevas conexiones del mismo tipo entre La Corredoria y La Fresneda e Intu Asturias, habla de ampliar aceras y de proteger con vallas los accesos a los centros escolares, de mejorar las entradas peatonales al hospital de San Agustín de Avilés, también ensanchando aceras y disuadiendo mediante bolardos el estacionamiento ilegal, o de hacer más accesible para los peatones por medios similares la llegada al polígono industrial del Espíritu Santo, en Oviedo. Se plantea, en este caso a largo plazo, la "definición de una red ciclista de media distancia que conecte los principales núcleos de actividad -señala Oviedo, Gijón, Avilés, Siero y las cuencas mineras- y la habilitación de aparcamientos para bicicletas en estaciones, hospitales, centros comerciales o culturales y zonas industriales, entre otras.

Líneas "exprés", reducción de tiempos, carril bus y aparcamientos disuasorios

Al hablar de la mejora de frecuencias del autobús, el documento del Principado concreta sus sugerencias pidiendo un descenso a quince minutos de las frecuencias de paso del autobús que lleva de Avilés a Salinas o Piedras Blancas y una "línea exprés" que al menos cada hora reduzca las paradas actuales de la línea entre Langreo y Laviana y complete el trayecto coomo máximo en media hora. En las horas punta, este escenario ideal tendría también trece autobuses directos entre Pola de Siero y Gijón en un tiempo de desplazamiento aproximado de 35 minutos. El plan mejoraría asimismo la oferta de bus interurbano que lleva al HUCA y al hospital de San Agustín o al polígono del Espíritu Santo y propone una revisión de las concesiones de líneas para prestar un mejor servicio a las zonas rurales. El plan traza además una red de carriles bus y prioridades semafóricas que cubre amplias zonas de Oviedo, Gijón, Avilés y Llanera y disemina por Asturias una malla de hasta 31 aparcamientos disuasorios asociados a estaciones de autobús o ferrocarril. Los llama "park and ride".

Trenes cada veinte minutos y la pasarela entre las estaciones de Oviedo

En el escenario idílico del transporte en el área metropolitana los trenes pasarían cada veinte minutos "en las líneas y estaciones con mayor potencial". El plan de movilidad del Principado, que por necesidad necesita el auxilio del proyecto estatal de mejora de las cercanías, prevé algo más de 4.000 usuarios del ferrocarril al día, algo más de un millón al año y estima el coste del incremento en unos 6,8 millones de euros anuales. Entiende necesario un incremento de frecuencias que llegaría a un máximo de doce diarias más en la línea de ancho convencional de El Entrego a Oviedo y en las de la antigua Feve Gijón-Laviana y Oviedo-El Entrego. Adelanta que habrá que reorganizar todo el sistema de transporte público en Gijón y Avilés teniendo en cuenta un futuro con estaciones intermodales y propone reactivar el proyecto de la pasarela de Nicolás Soria, entre las estaciones de bus y tren de Oviedo -algo que el alcalde de la capital, el socialista Wenceslao López, no considera imprescindible o urgente-, y señalizar y facilitar el paso peatonal entre las terminales de bus y tren de La Felguera tras el soterramiento.

"Pacificar" carreteras y peatonalizar, bus de empresa y coche compartido

El plan se extiende en las medidas que tratan de desanimar a los usuarios del coche. Incita a los seis concejos que forman el consejo del área metropolitana a peatonalizar las áreas comerciales, las calles con una anchura entre fachadas inferior a 8,5 metros o con una "elevada demanda peatonal". Llama "pacificar" la N-634 a reducir la parte de la calzada destinada al tráfico para implantar carriles bici en todo el trayecto de Oviedo a El Berrón y Pola de Siero e invita a reducir la velocidad y a "dotar de características más urbanas" a la conexión de Avilés con Parque Astur a través de la carretera AS-19. En este capítulo se incluye además el incentivo para las "zonas 30" en las ciudades, la construcción del enlace entre la autopista "Y" y su vecina la AS-II en Robledo, el tercer carril de la "Y" reservado a autobuses y taxis y el fomento de la expansión del aparcamiento de pago en los seis grandes municipios del área metropolitana. Habla de llevar este modelo a las áreas industriales y de instituir un "Gestor de la movilidad" que desarrolle los planes específicos de traslado a los grandes centros de trabajo y zonas industriales, promocionando estrategias como el coche compartido o el bus de empresa.