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El otro "tren de la vergüenza": la helada obliga a suspender 17 servicios de Feve

Asturias sufrió casos peores que el convoy de Renfe de Extremadura: los viajeros del Alvia estuvieron parados hasta cinco horas hace un año

El otro "tren de la vergüenza": la helada obliga a suspender 17 servicios de Feve

La peripecia de los 180 pasajeros de la línea de Renfe que une Extremadura con Madrid, que se quedaron colgados durante horas en medio del campo el pasado día 1, ha tenido una amplia repercusión en los medios nacionales, hasta el extremo de que se ha bautizado al convoy como el "tren de la vergüenza". Sin embargo, esa experiencia la conocen de primera mano los usuarios ferroviarios de Asturias desde hace años. Los pasajeros del Alvia Gijón-Madrid, o viceversa, han quedado colgados en más de una ocasión en mitad de la nada, incluso hasta cinco horas, como el pasado mes de febrero, sin recibir mayores explicaciones. Pero, para "tren de la vergüenza", el servicio de ancho métrico, "en el que no pasa un día que no haya una incidencia", según indican los sindicatos. La última ayer mismo: la helada congeló los hilos de contacto de la catenaria y obligó a suspender hasta diecisiete servicios, entre las seis y las diez y media de la mañana, en un suma y sigue que ahonda en el deterioro de este servicio.

La congelación de la catenaria afectó a las líneas que unen Oviedo con Infiesto, Trubia y Pravia, y también la que va de esta última villa a Cudillero. Hubo transbordos parciales en once servicios, especialmente entre Infiesto y Pola de Siero, y esta última localidad y El Berrón. En otros seis servicios, el transbordo a lo largo de la línea. El número de pasajeros afectados no ha sido muy alto. Aún no han comenzado las clases y los servicios de la mañana los utilizan sobre todo estudiantes que se dirigen a Oviedo.

La inversión térmica hizo que la región amaneciese con temperaturas por debajo de cero, incluso en la costa. En Piloña, uno de los puntos más afectados, había a eso de las nueve de la mañana casi tres grados bajo cero. Demasiado frío para una red que adolece de falta de mantenimiento y para la que se piden inversiones urgentes desde hace años.

Lo más sangrante es que, con un poco de previsión, se hubiese evitado. Hubiese bastado con aplicar un gel especial a la catenaria, según explica el presidente del Comité de Empresa de Feve, Luis Blanco Junquera. "Estamos hartos de denunciar el abandono de las Cercanías de Feve. Esperemos que se cumplan las inversiones previstas en el Plan de Cercanías", añadió. Los usuarios de Feve -"unos sufridos", describió Blanco- están acostumbrados a situaciones como las que padecieron los pasajeros de tren de Extremadura a Madrid. "Por ejemplo, tener que esperar una hora parados en la vía para un trayecto que se cubre en media hora. Y no una ni dos veces. Es raro el día en que no hay que hacer un transporte alternativo porque se interrumpe el servicio", añadió.

Salir por las alas en ancho métrico es una experiencia solo apta para quienes disponen de todo el tiempo del mundo. "Hay dos servicios a Santander y otros tantos a Ferrol, y el mismo número en sentido contrario. El tren a Santander invierte cuatro horas y media, y a Ferrol, siete. Habitualmente no llega a la hora ninguna vez. Por lo general, la gente no realiza el trayecto completo, es como una de aquellas excursiones de antaño", describió Blanco.

Pero los problemas del ancho métrico en Asturias también los hay en zonas como Almería, Granada o Teruel. "Estamos hartos de pedir la modernización del ferrocarril. Y las decisiones que se toman, solo hacen que empeorarlo, como sacar la estación de Feve de la ciudad de Gijón, cuando podría conectarse con la Universidad Laboral, El Bibio... Pero no solo en Gijón. Somos incapaces de poner un apeadero junto al HUCA, aprovechando que la línea pasa por allí. Hay muchos intereses económicos que son los que realmente planifican. No interesa un servicio público eficiente", remachó el presidente del Comité de Empresa de Feve.

También Renfe

Pero el ferrocarril de vía estrecha no es el único que ha sufrido problemas. De hecho, los casos más sangrantes se han producido en la conexión con la meseta. Durante un tiempo, el cambio de ancho en Valladolid provocaba retrasos de algunas horas en los trenes. Otras veces, se sobrepasaron todos los límites, dejando al "tren de la vergüenza" extremeño en una mera anécdota.

Hay tres episodios especialmente graves. El 8 de julio de 2008, 74 pasajeros del Alvia Gijón-Madrid quedaron atrapados en el interior del túnel de La Pisona, en el puerto de Pajares. Una avería eléctrica los dejó sin luz, calefacción o cobertura telefónica durante tres horas. Incluso una mujer tuvo que ser evacuada presa de un ataque de ansiedad, tal era la claustrofobia que había vivido en el angosto túnel.

El 7 de enero de 2013, se produjo un incidente aún peor. Unos 600 viajeros volvían a Madrid desde Asturias tras pasar las vacaciones en la región. Entre los pasajeros había decenas de estudiantes y también trabajadores que se disponían a reincorporarse a sus puestos de trabajo. Una avería eléctrica en plena noche les dejó colgados en un túnel cerca de Valladolid durante cuatro horas. No disponían ni de luz ni de calefacción. En esa situación permanecieron durante cuatro horas, hasta que un tren llegó para rescatarles. Tuvieron que salir por su propio pie a través del túnel para alcanzar el tren que les dejaría en Madrid. Entre los viajeros estaba el exdiputado socialista y hoy Secretario de Estado de Medio Ambiente Hugo Morán, que calificó lo ocurrido de "vergüenza".

Pero el último episodio sería aún más grave, coincidiendo con la gran nevada del 5 de febrero del año pasado. Un tren que viajaba de Gijón a Madrid quedó parado durante cinco horas. Los pasajeros llegaron finalmente a Madrid, tras una odisea de trece horas. Aún lo tuvo peor el tren que iba de Gijón a Pamplona, que tardó 16 horas. La conexión con la meseta ha hecho honores para recibir el título de "tren de la vergüenza", aunque solo sea por sus planes incumplidos. Y es que hoy se cumplen quince años del inicio de las obras de los túneles de Pajares, sin que se sepa cuando estarán en funcionamiento.

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