No es fácil mantenerse en la zona rural a decir de mucha gente joven, y aún más en unas zonas que en otras. De hecho, José Luis Fernández González, natural de Sotres, lo explica a la perfección cuando dice que él fue uno de esos jóvenes que se fueron del pueblo en su día para trabajar en aquello para lo que estudió. "Hasta los 18 años viví en Sotres. Estudié en Arenas y en Cangas de Onís y luego me fui a Oviedo. Allí estudié primero una FP superior de Delineación y Obra Civil y como el sector de la construcción no pasaba por su mejor momento pues me decidí a estudiar otra FP más como técnico de sonido", recuerda él.
Estos últimos estudios le sirvieron para trabajar durante un tiempo en orquestas, por lo que en temporada alta andaba de un lado a otro pues tenía, como él afirma, bastante trabajo. "La verdad es que al final terminé muy cansado, era agotador. Entonces me dio la vena y decidí regresar al pueblo. Me dije '¡Venga, que me vuelvo!', y aquí estoy y con otro trabajo", dice.
Lo cierto es que una de las razones principales de su regreso a la tierra de sus raíces fue su pareja, que vive en Arangas, donde además ella se dedica a la elaboración del queso cabrales. "Ella está aquí siempre y yo me pasaba el verano entero de un lado a otro con las orquestas. Me pasaba más el día en carretera que aquí", añade. José Luis Fernández se hizo, como ya lleva siéndolo hace años su hermano Rubén, taxista. "Por un lado eres tu propio jefe y además tenía aquí a mi hermano ya con un taxi. Un día surgió que también me pusiera yo y ahora cada cual tiene su taxi", matiza.
Invierno y verano
Este joven cabraliego destaca que oferta el servicio de taxi rural pero también de rutas 4x4. "Durante el invierno el trabajo baja bastante. Generalmente lo que haces es llevar a los vecinos, sobre todo a los demás edad, al médico, o a la farmacia, o al banco... en fin, lo que ellos necesiten. En verano y cuando llega la Semana Santa la cosa cambia. Entonces es más ya un taxi enfocado al turismo de verano. Ahí están, por ejemplo, las rutas que hacemos a Pandébano o las que hacemos hasta Caín o la ruta del Cares. Es un servicio mucho más turístico, vaya", explica él.
Lleva pocos meses de alta como taxista. Concretamente desde mayo, pero en tan poco tiempo este joven de 25 años dice que la experiencia ha sido buena. "La verdad es que tenemos la fortuna de vivir en un lugar privilegiado como es Sotres, un pueblo precioso en medio de un paisaje espectacular. Lógicamente tienes que ser bueno en lo que haces y tratar bien al público, pero eso pasa con todo aquello que implica un servicio de cara al público. Yo puedo trabajar por todo el concejo de Cabrales", recalca.
Este joven taxista es, como muchos profesionales del ramo, un buen conocedor de las preocupaciones de sus vecinos, con algunos de los cuales suele conversar en los trayectos. Así afirma que, en general, tanto mayores como jóvenes, aún amando sus raíces, "creen que aquí no hay tanta posibilidad de un futuro estable como en las grandes ciudades. Aquí la temporada turística alta es desde Semana Santa hasta el Pilar, más o menos, y para quienes viven del turismo está bien porque aquí la población, sobre todo en verano, aumenta de forma considerable", matiza él.
Ahora bien, como él apenas hay gente de su edad residiendo en Sotres habitualmente, un pueblo que, por otro lado, está muy cuidado, con gran número de casas rehabilitadas y otras de reciente creación, además de servicios hosteleros y de alojamiento. "De mi generación aquí no hay nadie, la mayoría está estudiando fuera, y si eso vienen por el verano y se buscan la vida por donde pueden. El tema de la ganadería tampoco está fácil aquí, sobre todo teniendo en cuenta lo que está pasando con el lobo y cómo está afectando a los pocos que quedan en la zona", destaca este joven, que en su tiempo libre afirma que "trabaja: yo no tengo tiempo libre, soy autónomo", añade.
