"Un metro cúbico de agua cuesta en Asturias 1,27 euros, menos que un café. Resulta demasiado barato agotar la naturaleza. Estamos ante un problema moral", señaló ayer el consejero de Medio Ambiente, Fernando Lastra, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en una mesa redonda sobre el reto del saneamiento de aguas en Asturias, en la que también intervinieron Ignacio García Palacios, presidente de la Federación Asturiana de Concejos y alcalde de Navia, y Manuel Gutiérrez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC). El Consejero destacó que el saneamiento y la depuración de aguas es, "quizá, el más importante problema ambiental de la región" y el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) debe ser su "instrumento gestor".

Lastra abogó por dar una "nueva dimensión" a Cadasa, al considerarla "la alternativa idónea para una gestión profesional solvente y eficaz" en materia de depuración y saneamiento. El Consorcio estudia la situación de las depuradoras municipales y está en condiciones de ofrecer una "respuesta satisfactoria" a los ayuntamientos que lo demanden. "Cadasa debe crecer, ampliar su ámbito territorial y su capacidad de gestión", asumiendo el ciclo integral del agua.

El Consejero recordó que Asturias está obligada a dar respuesta a varias infracciones. "Es muy urgente resolver la situación de incumplimiento de la aglomeración de Gijón Este, por la que España paga 11 millones de euros cada semestre de retraso, así como una multa de 12 millones de euros", indicó Lastra. Desveló que Asturias suma 32 sistemas de depuración (con abastecimientos vinculados) y 537 depuradoras pequeñas y medianas. Y cuenta para inversiones con el dinero que proviene del impuesto de afecciones y con las consignaciones del Principado. La Junta de Saneamiento dispone de 64 millones de euros, 51,5 de los cuales provienen del impuesto de afecciones ambientales del agua.

"Otro reto" es conseguir "más recursos, más inversiones por más necesidades de gestión y mantenimiento", indicó el Consejero, quien resaltó el hecho de que habiendo más núcleos con saneamiento, y por lo tanto más consumo de agua y más contribuyentes teóricos, esté descendiendo la recaudación. "Esto no se explica, salvo que haya defectos en el censo de contribuyentes o ineficiencias en la recaudación, o distintas circunstancias que merece la pena estudiar y resolver", alertó. El Consejero señaló que el "último reto" es la planificación, que pasa por el Plan Director de Saneamiento 2020-2030, que exige dotar de saneamiento a núcleos de 100 habitantes.

Ignacio García Palacios calificó a Cadasa como uno de los buques insignia de la colaboración interadministrativa y destacó el "gran salto de calidad" registrado en materia de saneamiento en las últimas décadas, aunque admitió que aún queda "mucho camino por recorrer". Abogó por una gestión más sostenible de los recursos, para lo que calificó como "determinante" la colaboración entre las administraciones.

Manuel Gutiérrez apuntó las "dificultades" que encuentran los ayuntamientos para asumir sus competencias en materia de depuración y saneamiento. Señaló las elevada inversión realizada en materia de saneamiento en Asturias, que cifró en 570 millones de euros. Pero admitió que aún resta un gran esfuerzo inversor debido, sobre todo, a la orografía y la dispersión. Por ello "las cifras se disparan a la hora de dar servicio a toda la población". Destacó que Asturias es la quinta región con el agua más barata y una de las que más consume.

Los asistentes preguntaron por asuntos como el saneamiento de Carreña de Cabrales, pendiente de la adjudicación de una depuradora provisional hasta que exista dotación presupuestaria para completar el colector. Otro participante defendió la labor de la Junta de Saneamiento en materia de conservación de depuradoras, sobre todo en las zonas rurales. El alcalde de Siero, Ángel García, destacó la complejidad que entraña sanear y depurar las aguas, así como el hecho de que dotar de saneamiento a una vivienda cueste una media de 15.000 euros, según un estudio municipal.