El hombre llamado a recuperar la hegemonía del PP en la capital de Asturias no quiere saber nada de "politiqueos". Alfredo Canteli aprovechó ayer su puesta de largo como candidato a la Alcaldía de Oviedo para reivindicar su legado como presidente del Centro Asturiano y ofrecer a los votantes la misma eficacia que le permitió imponerse en cinco elecciones seguidas del club del Naranco. "No soy un político, ni pretendo serlo, pero quiero ser el gestor de la mayor empresa de la ciudad para que los vecinos se sientan felices", indicó en un salón Covadonga del hotel Reconquista, abarrotado para bendecir su candidatura al Ayuntamiento y la de Teresa Mallada a la presidencia del Principado, con Pablo Casado presidiendo el acto.

El candidato a destronar el tripartito de izquierdas formado por PSOE, Somos e IU aprovechó su discurso para desvelar las primeras píldoras de su receta para "acabar con el estancamiento de Oviedo". Las fiestas locales y el lavado de cara del corazón de la ciudad protagonizaron sus anuncios. "Queremos unas fiestas de San Mateo a la altura de la ciudad y un plan estratégico para el Antiguo", adelantó.

Tampoco faltaron guiños al "gabinismo", aunque sin citar al exalcalde, y las bondades de la gestión de los populares durante sus 24 años al frente del gobierno municipal. "Quiero que el PP gane las elecciones y la ciudad vuelva a ser lo que siempre fue", declaró para luego trasladar al propio Casado sus ambiciones electorales. "Vamos a por la mayoría absoluta", dijo para luego retar al presidente nacional a que visite Oviedo si consigue una victoria aplastante en las municipales. "¿Te comprometes a estar en la toma de posesión si ganamos con mayoría absoluta? Pues vete reservando billete y hotel", espetó Canteli, arrancando una amplia sonrisa al líder popular.

Las puyas a la gestión del tripartito también estuvieron presentes a lo largo del discurso. "En 2015, con el PP, el Ayuntamiento invirtió 15 millones y el último año con el tripartito sólo tres", explicó el hombre del que el propio Casado recordó que hasta el actual alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, alabó su gestión al frente del club privado del Naranco. "Me gustaría que el Ayuntamiento funcionara como el Centro Asturiano", dijo el actual regidor durante un acto celebrado en septiembre de 2017.

Previamente, el candidato popular trató de explicar los motivos que le llevaron a aceptar el reto. "Me preguntan por qué ahora sí y antes no", lanzó al aire para luego autorresponderse los motivos. Dijo que la hegemonía de Gabino de Lorenzo, sus responsabilidades, primero en la banca y luego en el centro asturiano, y "el desencanto generalizado con la política de los últimos años" le pararon los pies en otras épocas para lanzarse al ruedo político. Sin embargo, apuntó, la "ilusión despertada" por la nueva dirección popular y su ánimo por contribuir a dar un vuelco a la ciudad borraron sus reticencias.