José Manuel Peruyera Costales (El Moratín, Coro, Villaviciosa, 1942) es campesino y nunca quiso ser otra cosa. Sus padres compraron fincas con gran esfuerzo y él las explotó hasta que se prejubiló, a los 57 años, aplicando los muchos cambios que ha tenido el campo a lo largo de las últimas décadas. Reside en El Moratín, un pueblo de seis vecinos donde ninguno vive de trabajar el campo. Nunca le gustó ir más allá de la Villa. Está solo desde hace siete años.
- A los 22 años fue a la mili.
-En 1964. Habíame tocado p'África y era excedente de cupo. La escuela militar pertenecía al Estado Mayor de Madrid. No me gustaba, pero gustábame cumplir con mi deber y nunca fui arrestáu. Estuve en artillería ligera de montaña. Había 48 mulos y 12 caballos, tocome cuidalos y hacer guardies y cocines. Puse que era labrador y mandáronme pa la batería. Si hubiera puesto granjero, igual hubiérame tocao ganadería.
- Fue lo que le sacó lejos del pueblo por primera vez.
-Nunca me había puestu en tren. Salimos de tarde, nevao, y dormimos en suelo na estación de Venta de Baños. Al día siguiente dormimos en un cuartel en Zaragoza y pusiéronnos patates con repollu, non nos gustaba el repollu, ¡que huele!, volvímoslu a la perola y pa la cama sin cenar. Al día siguiente llegamos a Jaca. Íbemos ocho de Asturias.
- ¿Lo pasó mal?
-No. Había mucha disciplina, comíase rancho, íbamos a clases con unos alféreces vascos, buenos rapazos, y aprendí quebrados. Tuve que comprar una enciclopedia. Aprendiéronnos a tirar bombes, col sufusil, el Cetme, el mosquetón y la pistola del 9 largo. Años después fui cazador. Tengo escopeta.
- ¿Tuvo ganas de quedar por el mundo?
-No, quería volver pa casa.
- Cuando volvió de la mili, ¿qué cambió?
-Se compró la segadora de motor y tengo tractor desde los 27 años. El primeru duró cinco años; el segundu, seis; el terceru, 34, y ésti, cuatro. Con él desbrozo les pumaraes, voy a les finques, saco la manzana. Ahora me la pañen. Haz dos años tuve 27.100 kilos; 12.600 pa El Gaiteru y los demás pal mi primu de Coro. No mayé nada, porque tengo 140 cajes, ta muy buena y voy a dos botelles al día. Hay que calcular.
- Le tocó una agricultura motorizada y más llevadera.
-Pude haber dejáola. Tuve fiebre reumática, de mayor, a los 25 años. Venía el médicu, Cocina, a veme a casa y me propuso que dejare la agricultura y que me metíen en Gijón donde quisiere, pero no quise marchar.
- ¿Por qué no se casó?
-Tovía no tuve tiempo a casame. Nunca me dio por eso. No tuve novies formales ni ganes de casame. Y nunca sentí que me faltara nada. Taba en casa, cataba les vaques, y luego con la ordeñadora. El domingo cataba mi padre, yo cogía la moto, largaba y a correr.
- ¿Lejos?
-A la Villa lo más. Éramos formales.
- ¿Nunca fue lejos?
-No. Pa qué. Tuve 18 años un Seat 124 y metí-y 52.000 kilómetros, de ir a la Villa y de llevar a mi madre a un masajista en Oviedo. Andaba muy bien. Cambielu por un Mercedes de Bélgica y tien 143.000 kilómetros y traía puestos 52.000. Ye de 1985, pero comprelu en 1990. Los vehículos gústame cuidalos, como el ganáu. A Gijón y a Oviedo voy si tengo que ir a algo, a renovar el carné; si no, a nada. El añu pasado fui a Roma con los mis sobrinos.
- Vivió casi treinta años solo con su padre, ¿cómo se arreglaron sin una mujer en casa?
-Mi madre murió en 1984. Iba la mi hermana a hacenos comida y tal, y una hermana de mi madre, Aurora, mi madrina, que no tenía hijos, iba tolos díes a hacer algo limpieza.
- ¿De salud, bien?
-Quitáronme una tela negra de esti ojo; bajando de un pumar rompí el manguito y el espinoso del hombru derecho. Operáronme el codo de tenista, de la hernia y de la cadera, que tengo prótesis.
- Está prejubilado desde que tenía 57 años.
-Vino la moda de les subvenciones pa prejubilase y aprovechela. Había que seguir pagando los cupones del retiru mañana y pagábente un sueldu. Ya no tenía les vaques. Tenía una vaca y una xatuca porque les otres ya les tuve que vender y coger la subvención por la leche que daben.
- ¿Y las fincas?
-Cogioles unu y tovía les lleva.
- ¿Cambió mucho su vida?
-En la agricultura siempre tienes trabajo, en lo de delante casa y en les finques. Los que te lo arrienden lo exploten, pero no te lo cuiden. Si no, vuélvese tou matu. El últimu monte que trabajamos ya tien castañales gordos.
- ¿Qué más cambió?
-No hay casi nadie en los pueblos. En Solares, que es donde más había, porque viven los de sidra Cortina que hicieron una casa buena, que si no... Y ya casi nadie vive del campo.
- Pero siembra.
-Patates, cebolles, ajos, pimientos, tomates, verdures, fabes y fréjoles pa casa. Desayuno y ceno patates frites tolos días. En tortilla, con filete. Gústenme mucho. Yo cocino, y si hay que hacer arroz con leche, hágolo en la cocina de gas. La de leña préndola mañana y noche porque ta frío.
- Vive solo. ¿Se siente solo?
-No, tengo dos sobrinos que son como si fueren fíos. Begoña ye abogada en un bufete en Oviedo y tien 39 años. Roberto ye guía en Valdediós y tien 40.
- ¿Hizo perres?
-Poques. Hácense mal y en el banco no te dan nada por teneles, pero alguna hay que tener. Soy económicu, no de gastar.
- Es creyente.
-Ahora que tengo tiempo voy a misa. Sólo rezo en misa. Antes iba a les fiestes y algún funeral. Como decía Arguiñano, por lo menos, dinero no te piden, como otros. Para creer en uno, creo en Dios, no sé si lo hay o no lo hay.
- ¿Qué le entretiene?
-Me gusta mucho la tele, pero hasta que no vino la de color, en los ochenta, no se compró en mi casa. Gústame si salen les del Oeste y véoles toles tardes. De noche duérmome y queda prendía. Vi mucho los dos meses que tuve operáu de la cadera en casa de la mi sobrina en Oviedo. Los programas de selva y animales gústenme muchu.
- ¿Qué tal siente que le trató la vida hasta ahora?
-Mal no me trató, pero voy teniendo percances.
- ¿Qué tal se llevó con su padre, con el que convivió hasta hace siete años?
-Murió de 94 y decía al final: "La vida ya no ye pa vivila, la vida era cuando íbamos pa la Villa y tomábamos unos vininos por allá, pero ahora yo, ¿qué hago?".
- ¿Cómo estaba?
-Tenía párkinson y distrofia muscular. Al final, valíase mal. Tuvo un ictus y murió esi día. Fastidia quedar ensin los padres, pero llega la edad.
- ¿Le parece que el mundo va mejor o peor?
-No se puede hablar de Franco, pero pa mí dictadura tenémosla ahora. Antes había más libertad pa venir a la Villa con tractor y ahora te lo prohíben todo y son todo revisiones. La vida de Franco vivila y pa mí no fue malo. Pa otros seríalo, yo no lo discuto.
- ¿Qué le apetece hacer?
-Aspiro a vivir tranquilamente porque puede venir cualquier cosa y adiós paisanu. Gústame trabajar, aunque tengo una vértebra estropeada. Era curiosu para hacer albañilería, carpintería y pintar, y quiero tener les finques curioses y ser curiosu pa les coses.