La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial

Joaquín Alperi: "Tenemos la suerte de que hay salmones en nuestros ríos, pero no lo valoramos"

"Los pescadores dicen que cada vez hay menos truchas, aunque yo lo que creo es que aprendieron a defenderse de sus depredadores"

Joaquín Alperi, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Joaquín Alperi, presidente de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial, no se muerde la lengua. Conservacionista y partidario de la pesca sin muerte del salmón, le duele la situación de los ríos asturianos y las incertidumbres que se ciernen sobre su futuro.

- ¿Cuál es su mayor preocupación en este momento?

-La escasez de peces en nuestros ríos y lo difícil que lo tenemos los pescadores para llegar a las riberas. Antes se cuidaban y ahora es un problema porque cada vez hay más maleza y las normas son estrictas con los cortes. Se unen dos problemas: de legislación y de mantenimiento.

- Al contrario de lo que ocurre en el derecho anglosajón...

-Allí, los propietarios de las fincas son titulares de su ribera, que tienen que cuidar; hasta la mitad del cauce en la mayoría de los casos. Aquí es la Administración.

- ¿Soluciones?

-Hay muchas, pero son difíciles. El problema que tenemos es que quieren contentar a todo el mundo. El Principado es el que tiene que legislar, pero la política se pone por el medio y todo es muy difícil.

- Pero la limpieza de los cauces no debería ser discutible...

-Las asociaciones los estamos limpiando, pero hay dos tipos de limpieza: el desbroce de las orillas, que necesita un permiso de la Confederación Hidrográfica, que es la que desplaza un guarda para que marque lo que se tiene que desbrozar. La otra es la recogida de basura de los ríos, que es la que estamos haciendo algunas sociedades. La cantidad de plástico y de todo tipo de basura es tan grande como preocupante.

- ¿La mayor contaminación?

-La de los plásticos, sobre todo de las bobinas de este producto, con el que se envuelve la hierba. Los agricultores, pese a que están obligados, no las retiran siempre, con lo que suelen terminar en el río, y además algunos para desviar el río y que les sirva de regadío en sus fincas, utilizan estos plásticos para hacer pequeñas presas.

- La población salmonera le quita el sueño.

-Tenemos que cuidarla porque cada vez hay menos salmones, y el Cantábrico es el último lugar al que están llegando por el calentamiento climático. Tenemos la suerte de tenerlos, pero parece que no los valoramos.

- ¿La solución pasa, entre otras cosas, por la pesca sin muerte que usted practica?

-En nuestra asociación, que está para cuidar los ríos, sus recursos y a los ribereños que están cuidando también el medio, hay todo tipo de pescadores. Estamos en una época de escasez de salmones y es lógico que tengamos que ir adoptando medidas. Los recortes son algo natural. En nuestra asociación venimos haciendo escuela sobre la pesca sin muerte.

- Las normas del Principado contrastan con esta práctica conservacionista.

-Permiten a cada pescador la captura de cuatro salmones. Me parece que son muchos, no sólo para una época de escasez, sino que cada vez la población de salmones en nuestros ríos va a menos. Este cupo que se estableció hace dos temporadas habría que revisarlo.

- Las estadísticas de salmones en los ríos asturianos le dan la razón...

-No hace muchos años entraban más de un millar de salmones todos los años. Ahora como mucho llegan a los seiscientos.

- ¿Más machos que hembras, como sostienen algunos?

-No se sabe. En los años cincuenta del pasado siglo nuestra asociación ya dijo que había que repoblar nuestros ríos. En 1974 importamos huevas embrionadas de salmón del norte de Europa, lo que marcó un repunte en su pesca. Pero de aquella era más fácil hacerlo todo porque había menos trabas burocráticas. Ahora no sólo hay más, sino que unos expertos dicen que las repoblaciones son malas mientras que otros las aconsejan.

- ¿Su opinión?

-Igual que en su día se cuidó el oso y ahora vemos los buenos resultados, el salmón es como las abejas, aportan mucho y quitan poco. Además, no hay que olvidar que la pesca fluvial es deportiva, que el salmón regresa todos los años a los ríos asturianos para reproducirse. Qué menos que cuidar este gran patrimonio que tenemos.

- ¿Prohibir la pesca de hembras ayudaría a conservar la especie como apuntan algunos?

-Cuando estás pescando es muy difícil saber sin son machos o hembras. En septiembre, cuando llega la época de freza, a los machos ya les sale el pico, pero al principio es muy difícil distinguirlos.

- ¿Las repoblaciones están dando resultados?

-En Asturias están muy mal. Insisto. Cuando en 1974 se hizo la primera importación de huevas embrionadas los ríos mejoraron. Sobre la suelta de peces a los cauces, hay gente que las defiende y otros están en contra. Yo lo que digo es que cuando en los Picos de Europa no quedaban buitres se trajeron de los Pirineos.

- En Argentina y Chile lo tuvieron muy claro...

-Repoblaron sus ríos con salmón atlántico y ahora son una gran potencia en pesca fluvial. Hay gente en todo el mundo, muchos españoles, que paga mucho dinero para ir todos los años a sus ríos a practicar, en la mayoría de ellos, la pesca sin muerte de truchas y salmones. Fue una apuesta por este tipo de turismo que el tiempo demostró que resultó todo un éxito.

- ¿Qué fue de la experiencia de criar los salmones en las piscifactorías para después echar las huevas embrionadas a los ríos?

-El Principado ahora apuesta por coger los salmones cuando entran en los cauces y frezarlos para dar las huevas embrionadas a las asociaciones. Pero el otro sistema, el del ciclo cerrado, era una especie de reserva. Los salmones que se criaban en las piscifactoría no se soltaban. Las huevas fecundadas de las hembras se soltaban en los ríos en los años en los que entraban pocos salmones. Era una manera de mantener el equilibrio de la población. Ahora la política es otra.

- Están preparando una piscifactoría para reabrirla.

-Una que habíamos cedido al Principado que está en un afluente del Fuensanta, justo en el límite de la zona salmonera. Es una zona muy buena porque cuanto más arriba esté la piscifactoría mejor es para la cría de los peces.

- No hablamos de la salud de la trucha.

-Según los pescadores cada vez es más difícil pescarlas porque hay pocas, pero yo creo que no es un problema de escasez de truchas, sino que supieron aprender a defenderse de sus depredadores. Las nutrias, los cormoranes y también el hombre.

Compartir el artículo

stats