Antagónicos en lo público, pero amigos en las distancias cortas. Así fue la relación de los dos grandes alcaldes de la Asturias de las tres últimas décadas. Vicente Álvarez Areces, socialista, regidor en Gijón y luego presidente del Principado, y Gabino de Lorenzo, el popular al frente del Ayuntamiento de Oviedo, acapararon la actualidad política regional desde finales de los años ochenta hasta hace apenas un lustro. La rivalidad inicial como alcaldes se convirtió posteriormente, con la llegada de Areces a la Presidencia del Principado, en un tira y afloja constante entre el máximo mandatario ovetense y un líder regional al que desde la capital acusaban de favorecer los intereses de su ciudad de origen y de aplicar el "cerco a Oviedo", reedición no cruenta del asedio a la capital durante la Guerra Civil.

Las diferencias políticas no impidieron, sin embargo, mantener una relación personal más que cordial. Un hecho constatado ayer por el propio Gabino de Lorenzo, quien, a través de unas declaraciones exclusivas a LA NUEVA ESPAÑA, quiso sumarse al duelo por la pérdida por muerte repentina de Areces.

"Hemos competido sanamente en política, pero siempre con lealtad institucional", manifestó ayer De Lorenzo, quien destacó la "fidelidad a sus ideas" del que fuera su gran rival político, aunque nunca llegaran a confrontarse directamente en unas elecciones. "Se ha perdido un político de raza, que hasta el último día de su vida trabajó, luchó y plantó cara a los problemas, defendiendo siempre sus ideas y las de su formación política", lamentó el exalcalde de Oviedo, apartado de la vida pública desde su renuncia como delegado del Gobierno el pasado mes de marzo.

El hombre que hiciera famosa la teoría del "cerco a Oviedo", con la que durante años denunció públicamente la escasez de grandes inversiones del Gobierno regional de Areces en la capital asturiana, evitó recordar las tiranteces del pasado y se centró, en el día de la despedida del presidente que durante más años gobernó la región en la etapa democrática, a enaltecer su faceta personal. "Existe una amistad entre ambos", aseveró un De Lorenzo conmocionado, al igual que el resto de la sociedad asturiana, por la pérdida de una de las grandes figuras políticas de la autonomía.

A De Lorenzo tampoco se le cayeron los anillos a la hora de enaltecer el legado del político fallecido, aunque, eso sí, remarcó que su obra fue especialmente memorable para la ciudad más poblada de la región. "Muestras de sus logros hay muchas, pero sobre todo Gijón es el principal referente", comentó el que fuera alcalde de Oviedo entre los años 1991 y 2012.

El fallecimiento de Areces trajo ayer a la memoria a muchos asturianos las imágenes de una época en la que tanto él como De Lorenzo hacían valer su hegemonía política en sus respectivos ayuntamientos. Para el recuerdo quedan los derbis futbolísticos en los que ambos regidores encabezaban el cartel de unos choques que trascendían lo deportivo y ponían sobre la mesa la histórica rivalidad entre la capital y la ciudad más populosa de Asturias.

Para muchos, sobre todo desde Oviedo, la llegada de Areces a la Presidencia del Principado apenas supuso cambios en la política municipal, pues le acusaban de seguir siendo el alcalde de Gijón, pero desde un despacho situado a apenas 30 kilómetros de distancia. "Nunca hubo una aportación cultural para la capital como la que supusieron la Laboral para Gijón o el Niemeyer para Avilés", explicó el exconcejal socialista luego reconvertido al "gabinismo", Alberto Mortera, quien, no obstante, destaca los valores humanos de Areces. "Era agradable de tratar y muy alejado de la soberbia de otros políticos con tanto poder", añadió el exedil.

Las quejas de los populares sobre la falta de proyectos para Oviedo desde el Principado chocan contra lo que defienden los que por entonces defendían los intereses socialistas en la capital. "En materia de Sanidad y Educación, la huella de Areces en Oviedo es inmensa", sostiene Alfredo Carreño, quien fuera edil socialista y secretario general de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) entre 2005 y 2012.

La construcción del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en La Cadellada, el desarrollo de los barrios de La Corredoria y Prado de La Vega, los nuevos centros de salud de Trubia, Tudela Veguín y Ciudad Naranco, además del arreglo de otros consultorios como el de La Lila son algunos de los argumentos esgrimidos por Carreño para desmentir el aislamiento al que sus rivales políticos aseguran que Areces sometió durante años a la capital asturiana. "En contra de lo que muchos piensan, era muy querido aquí y todo el mundo lo paraba por la calle", indica el exconcejal.

Los años de controversias no impiden, sin embargo, que las partes se pongan de acuerdo a la hora de valorar la relevancia de una figura política como la de Areces que, al igual que en el resto de la región, en Oviedo tampoco dejó indiferente a nadie.