Los veloláser, un pequeño aparato que cuesta 14.000 euros, es indetectable para inhibidores y localizadores, y es tan pequeño que pasa desapercibido para los conductores hasta que ya es demasiado tarde. Tiene tal fiabilidad que es capaz de captar un exceso de velocidad de 250 kilómetros por hora a tan solo 40 metros de distancia. Y también es capaz de detectar si un conductor lleva puesto o no el cinturón de seguridad. Cuenta con una batería que le da una autonomía de cinco horas. Por lo tanto, puede ser colocado en un punto durante varias horas sin que sea necesaria la presencia de un agente, que puede retirarse o desplazarse a otro punto. Puede controlarse con una tablet o un smartphone a través de wifi o 3G/4G, sin que sea necesaria la presencia del agente en el lugar donde se coloca el radar.