La única diferencia de la noche de ayer y una cualquiera eran las luces encendidas en la Junta General del Principado. El féretro de Vicente Álvarez Areces pasó la noche del jueves al viernes en un palacio cerrado y con la vigilancia habitual, pero con la luz además de las banderas a media asta marcando las diferencias de lo que no era una noche más. El parlamento autonómico despidió al expresidente del Principado en el salón Europa, en el espacio más amplio y representativo de la institución, el que acoge los actos solemnes del parlamento, contiguo al zaguán que da a la balaustrada y a la escalinata donde los presidentes autonómicos, incluido Areces, pero él tres veces, más que nadie, han recibido las felicitaciones de los días en los que tomaban posesión de sus cargos.