Aunque instituto y futbolines son dos conceptos antagónicos para la cultura popular, Pravia ha conseguido aunarlos este fin de semana. El instituto de la villa acoge estos días el I Campeonato astur-leonés del juego de mesa, en el que participan unas 250 personas y que, según jugadores y organización, "está siendo un rotundo éxito".

"En la época de instituto es cuando más se aprende a jugar", aseguran entre risas Egidio Blanco y Sergio Tárano, pareja llanisca que lleva 20 años jugando, sobre el mito del futbolín y el estudiante "regulero". Pese a peinar alguna cana, no son de los más mayores del torneo. De hecho, están más o menos en la media. "Cada vez hay menos futbolistas y, por tanto, menos gente joven", explican sobre la falta de "cantera" que, afirman, se siente más aún en el oriente asturiano: "Aquí en la zona centro parece que hay más".

Las que cada vez son menos minoría son las chicas. Y es, aunque aún son pocas, el número de jugadores "va en aumento". "Las redes sociales han ayudado a que seamos más las que nos animemos a participar en estos campeonatos. Hablamos unas con otras y formamos parejas para los torneos", explica la salmantina Luna Fuentes, dos veces campeona nacional y subcampeona de Europa.

En este torneo comparte banda con la gozoniega Paloma Vegas, otra que lleva años luchando por hacerse un hueco en este mundo de hombres. "En los torneos nos conocemos todos y la gente te respeta. Pero más de una vez tienes que aguantar el típico comentario en los bares. A esos es a los que más presta ganar", confiesa entre la risa cómplice de su compañera.

Pero el torneo praviano, que continúa hoy, no sólo está reservado a jugadores expertos. También hay sitio para los debutantes. "Aunque el nivel no tiene nada que ver con el de los bares", reconoce el jugador local Jorge Antuña, que aplaude que Pravia sea estos días la capital del futbolín.