Las inclemencias meteorológicas colapsaron ayer la red ferroviaria asturiana. Un descarrilamiento en el concejo de Grado que no causó daños personales, argayos, inundaciones, caída de árboles y ramas sobre la vía... ante las incontables incidencias registradas Adif adoptó una medida "preventiva" y "excepcional": suspendió hasta nuevo aviso el tráfico de trenes en la red de ancho métrico (antigua Feve) entre las estaciones de Muros de Nalón y Ribadesella. Renfe ha establecido un plan de transporte alternativo por carretera en cinco puntos de la red de vía estrecha: Oviedo-El Berrón, Gijón-El Berrón, Nava-Infiesto-Llanes, Collanzo-Cabañaquinta y Trubia-Grado.

No hay previsiones sobre cuándo se reanudará la circulación, pero todo indica que, al menos en algunos puntos de la región, se demorará durante semanas, o incluso meses. Es el caso, por ejemplo, de Arobes, cerca de Arriondas, donde un tramo de cerca de treinta metros de vía ha quedado literalmente en el aire, sobrevolando el río Piloña, tras "comerse" el agua todo el terreno sobre el que se asentaba el trazado ferroviario. Adif realizará en las próximas horas una "inspección minuciosa" de todos los puntos de la red de Feve afectados por el temporal y reparará los daños "a la mayor brevedad posible". Asegura que para ello ha movilizado "un fuerte contingente de medios técnicos y humanos".

El mal tiempo también afectó a la red de ancho ibérico en numerosos puntos. Permaneció cortada durante cuatro horas la rampa de Pajares por la caída de un árbol sobre la vía minutos después de las 15 horas. Los 360 viajeros de los cinco trenes afectados por el corte fueron trasladados en autobús. La línea quedó de nuevo abierta a las 19.14 horas.

Un argayo fue el causante del descarrilamiento del tren que cubría la línea de San Esteban (Muros de Nalón) a Oviedo entre las localidades de Vega y Santa María, en el concejo de Grado. Quince pasajeros fueron evacuados del convoy y, por suerte, no hubo que lamentar daños personales. Los usuarios se vieron obligados a caminar más de un kilómetro por las vías hasta la estación de Vega, donde fueron recogidos por taxis que les trasladaron a la estación ferroviaria de Oviedo.

El accidente se produjo cerca de las cinco de la tarde en una zona en la que las vías discurren entre el río Nalón y una pared rocosa, plagada de túneles y puentes. Belén Cuendias, una de las pasajeras, recuerda que sintió un golpe seco, "se apagaron las luces y vimos que había salido el conductor y ya nos mandaron bajar". La usuaria de Grado detalla que al salir estaban rodeados "de roca y al otro lado el agua". Al final, todo quedó en una anécdota.